La alfalfa deshidratada supone una disminución de las pérdidas de valor nutritivo del forraje
Los forrajes son alimentos imprescindibles para los rumiantes puesto que proporcionan la fibra necesaria para mantener el normal funcionamiento del rumen y la salud de los animales. La calidad o el valor nutritivo de un forraje se define como la capacidad para cubrir las necesidades nutritivas y, por tanto, en animales en producción para lograr que presenten un elevado rendimiento productivo, como en producción de leche.
Según destaca la cooperativa Agropal, la alfalfa es una leguminosa forrajera que se utiliza fundamentalmente para aportar proteína de alta calidad, macronutrientes, microminerales y vitaminas de forma natural en la ración del ganado. Además, es una fuente importante de fibra efectiva muy necesaria para animales rumiantes.
La deshidratación de la alfalfa se lleva a cabo por secado rápido a altas temperaturas, es el proceso de conservación que provoca menos pérdidas nutritivas al reducir las pérdidas por respiración entre la siega y la muerte de la planta. La deshidratación, además de reducir las pérdidas de valor nutritivo, mejora la calidad higiénica, consecuencia de una menor contaminación microbiana, lo que supone una mayor seguridad en la futura conservación.
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Ventajas del uso de alfalfa deshidratada – Agropal
- Estimula la rumia y la masticación. Supone la remasticación de la ingesta de alfalfa que ha sido sometida a un proceso de fermentación microbiana; de esta manera se hace trituración delicada del alimento, posteriormente se procede a la masticación e insalivación del material para favorecer el ataque de los microorganismos en el rumen y el buen funcionamiento del mismo.
- Aumenta la secreción de la saliva. Este efecto está relacionado con el anterior. La fibra de la alfalfa estimula la masticación y a su vez la salivación, con lo que aumenta la cantidad de bicarbonato que llega al rumen a través de la saliva. Esto ayudara a controlar el pH, subiéndolo y evitando problemas en la rumia previniendo así problemas de acidosis en los animales.
- Ayuda a enlentecer el tránsito de los alimentos en el rumen. Permitiendo que se aprovechen mejor otros alimentos como los concentrados proteicos y los cereales.
- Ayuda a mejorar la composición de la leche. En la situación actual del mercado de la leche donde se prima la proteína y la grasa de la leche, la alfalfa puede modificar la composición de la leche en sentido favorable. El nivel de fibra y la forma física de las partículas de la fibra afectan la rumia y a la producción de AGV (Ácidos Grasos Volátiles) favoreciendo una mayor producción de ácido propiónico.
- Aumenta la ingestión del animal. La reducción del tamaño de las partículas de un forraje provoca automáticamente un aumento en las cantidades ingeridas, que unido a la gran ingestibilidad de la alfalfa determinan ingestiones elevadas. Esto es de gran interés cuando se trata de animales con elevadas producciones (vacas de leche, ovejas lecheras, …) donde un aumento de su capacidad de ingesta es clave en el incremento de producción.
- Ayuda a controlar la bajada del pH ruminal. El consumo de alfalfa evita acidosis ruminal causante de la bajada de pH en el rumen.