75 PREPARACIÓN DEL SUSTRATO Aunque los suelos vinílicos son resistentes a la humedad, requieren de subbases que pueden estar incorporadas en las propias lamas. Existen algunos requisitos comunes que se pueden salvar de diferentes maneras. El primero es la humedad máxima de la solera para colocar un suelo de madera o laminado. Está recogido en la normativa que la humedad máxima de la solera ha de ser del 2,5% o del 2% en casos de pisos con calefacción radiante. SECADO DE LA SOLERA La ventilación y el secado por calor son los métodos naturales para conseguir el valor mencionado, pero se puede hacer de manera forzada con el uso de calefactores y deshumidificadores. Además de ello, hoy en día existen diferentes ‘primers’ o imprimaciones que sellan la capilaridad de la solera y permiten la instalación de parquet, aunque es imperativo consultar la eficacia de cada uno de ellos de acuerdo a la ficha técnica de cada fabricante, así como su metodología de uso (tiempo abierto, dosificación, etc.). Estos ‘primers’, en muchos casos, funcionan además como puente de unión, que permite el anclaje de la siguiente capa a colocar, sea ya el parquet o una capa de mortero autonivelante. BARRERAS ANTIHUMEDAD En los suelos de instalación flotante, existe la posibilidad, asimismo, de intercalar barreras antihumedad –obligatorias en todos los casos–, de tipo plástico, tela asfáltica, polipropileno y otras, de acuerdo a las especificaciones del proyecto; cabe recordar, en este sentido, que el ‘foam’ de polietileno, por sí solo, no es una barrera antihumedad, por ser de celda abierta, y que su uso no excusa la comprobación de la humedad de la subbase. CORREGIR DESNIVELES Por otro lado, la planimetría que exige la norma ‘UNE 56810:2023 para suelos de madera’ estipula que no debe haber desniveles superiores a 1 mm, medidos con regla de 20 cm, y de 3 mm, medidos con regla de 2 metros. Se trata de medidas que, en la práctica, son difíciles de asumir, pero que se pueden corregir con la aplicación de pastas niveladoras –las cuales llevan áridos muy finos y permiten mejorar la planimetría (que no horizontalidad) de la solera–. Estos morteros autonivelantes se han de aplicar siguiendo, como siempre, las instrucciones del fabricante, que permiten unos grosores específicos en función del producto utilizado y teniendo en cuenta que unos están preparados para encolar un parquet después y otros, no, –en este último caso, su función es únicamente regularizar el nivel del suelo–. Así, sobre estos morteros autonivelantes se podrá encolar o colocar parquet flotante, aunque se recomienda siempre atender al adhesivo adecuado en función del parquet a colocar y el soporte existente; y, para el caso del parquet flotante, recurrir de nuevo a la barrera antihumedad, inexcusable en todos los casos. COMPACTAR LA SOLERA Adicionalmente, a veces se podrá valorar que estas soleras no son suficientemente compactas y se deben reparar. La aplicación de consolidantes líquidos y la utilización de morteros específicos podrá ser la solución, siempre de la mano de un profesional que valore la idoneidad y calidad de la solera. Y es que, disponer de un suelo compacto, nivelado y seco será garantía del parquet a instalar, y la responsabilidad del resultado, al menos compartida, será del profesional y de la dirección facultativa. El prevenir posteriores problemas será siempre más barato que solucionarlos después. ¿QUÉ PASA CON LOS SUELOS VINÍLICOS? Finalmente, hablando de vinilos, si bien son muy resistentes a la humedad, esto no excluye que la subbase deba estar seca y, dependiendo del tipo de vinilo, las tolerancias de nivelación pueden llegar a ser más estrictas, sobre todo en los del tipo LVT, que tienen grosores muy limitados y podrían calcar las irregularidades de la subbase. Para otros tipos de vinilo (WPC, SPC) las subbases deberán ser finas y de alta densidad, y, como en todos los casos, será necesario atender a la guía de instalación del fabricante. Además, hoy día existen algunos vinilos que llevan la base ya incorporada en la propia lama. n
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