22 PROYECTOS Las nuevas oficinas de Monex coronan la Torre Picasso de Madrid El diseño de las oficinas de Monex se inspira en la metáfora de un cruce de caminos; un símbolo y punto de encuentro para el intercambio de ideas, al que contribuye el acertado uso de materiales en suelos, paredes y techos. El piso 31 de la Torre Picasso de Madrid se convierte en el nuevo hogar de las innovadoras oficinas del grupo financiero Monex. El proyecto, nominado al Best Workspaces Awards, ha sido diseñado por el estudio de arquitectura Arquid, responsable de otras oficinas icónicas como Ficus Office (Madrid) o Dow (Bélgica). “Las oficinas de Monex son uno de esos bonitos proyectos que se hacen realidad tras una larga e inspiradora búsqueda de soluciones junto a la empresa”, explica el arquitecto Juan Juárez. Es habitual que el cliente siente unas bases y necesidades, pero, en este caso, la relación ha sido mucho más estrecha de lo habitual. Arquid y Monex iniciaron la aventura intentando adaptar las antiguas oficinas de la marca a la nueva situación de expansión. Sin embargo, pronto se dieron cuenta que el espacio disponible no les permitiría crecer e iniciaron una búsqueda conjunta del lugar idóneo en el que asentarse. La decisión, nada fácil de tomar, estaba entre unas oficinas ‘boutique’ junto al paseo de la castellana, o las espectaculares vistas de una planta 31 en la Torre Picasso de Azca. Las vistas panorámicas fueron clave para decidir el nuevo hogar de la compañía. Ahora, las salas de reuniones ofrecen una postal excepcional de la bulliciosa Avenida Castellana y el imponente Estadio Santiago Bernabéu. Una decisión estratégica que fomenta la inspiración; una ventana por la que inyectar energía a los trabajadores y colaboradores. OFICINAS DISEÑADAS A MEDIDA Durante el desarrollo del diseño arquitectónico, la colaboración con los clientes fue fundamental. El resultado de esta estrecha relación se materializa en la personalización absoluta de las distribuciones y espacios. El diseño revela una filosofía única, inspirada en la metáfora de un cruce de caminos; un símbolo y punto de encuentro para el intercambio de ideas. Es aquí, en esta encrucijada, donde convergen tres departamentos independientes y se entretejen la recepción y los espacios de reunión principales. Monex disponía de unos criterios muy claros de organización para sus espacios de trabajo; qué departamentos podían trabajar juntos y cuáles debían estar separados. El concepto y símbolo del cruce de caminos llegó tras el análisis detallado entre cliente y arqui-
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