22 INFORME: VIAJAR CON EL BEBÉ los fabricantes como por las tiendas especializadas los stocks de sillas auto R44”. Como la noticia del fin de la venta de sillas auto R44 a partir de septiembre de este año se conoce desde hace tiempo, la gran mayoría de detallistas especializados comentan que dejaron de venderlas en sus tiendas hace meses y que ya recomiendan la compra de sistemas de retención infantil bajo la normativa R129. Así, Irene Roig, administradora de Ali-Bey Nens, explica que “muchos las hemos vendido antes para no tenerlas en la tienda”. Por su parte, Ingrid Puig, propietaria de Bitti, detalla que “en nuestro caso, hace muchos años que dejamos de vender SRI homologados bajo la normativa R44 y realmente hay poquísimos clientes que nos los pidan”. Según Joan y David Font, administradores de Font Espasa, “en los comercios, no hay prácticamente sillas bajo la normativa R44, pero en diferentes canales como internet o gran distribución, que priorizan un precio menor, aún se están ofreciendo”. Y Nuria Guedes, directora de Pinponbebés, añade que “en tiendas especializadas, probablemente ya no se encuentre ningún sistema de retención infantil de la R44 o quizás últimas unidades para liquidar como en las grandes superficies, para liberar espacio, recuperar algo de inversión y poder invertir en las de la nueva normativa”. REDUCIR LA COMPRA DE SEGUNDA MANO Y PRÉSTAMO Aunque en la categoría de sillas auto no es tan frecuente la compra de segunda mano y el préstamo como en otras categorías de producto de la puericultura, es verdad que en estos artículos es mucho más peligroso esta práctica, ya que se pone en riesgo la seguridad del bebé en el vehículo. Los profesionales destacan que la venta de segunda mano debería estar prohibida porque pone en serio peligro la seguridad de los niños. Las principales problemáticas de adquirir una silla auto de segunda mano es no conocer el historial y las condiciones de uso (sobre todo si ha estado involucrada en algún accidente); no saber la fecha de fabricación (ya que tienen una vida útil limitada porque pueden volverse menos seguras con el tiempo debido al desgaste y la exposición de los materiales a las condiciones ambientales); y no disponer de las instrucciones y manual de usuario (normalmente no se obtiene esta información para la instalación correcta, el uso adecuado y el mantenimiento de la silla auto). Para Nuria Escuté, directora de puericultura de Baby Monsters, “es necesario informar al consumidor final de que una silla auto usada no te da la garantía de si ha tenido algún accidente. Y una silla accidentada debe destruirse porque los plásticos y espumas interiores ya no hacen la función que deberían”. Por su parte, Alicia Ortega, directora de ventas de Artsana, considera que “es necesaria mucha divulgación y formación sobre los riesgos de adquirir sillas de segunda mano y promover entre las instituciones la bajada del IVA para la adquisición de sillas nuevas”. Y Aurora Jover, responsable de marketing de Dream4u, valora que “muchos padres no ven lo perjudicial que puede ser la utilización de una silla auto de segunda mano, ya sea por el deterioro o daños que tenga tanto externos como internos o por la falta de información al no tener las instrucciones para instalarla correctamente. Por este motivo, debemos enfatizar mucho este punto en la comunicación con el cliente final y explicarle muy bien por qué no debe utilizar una silla de segunda mano”. Si preguntamos a los detallistas especializados, Irene Roig, administradora de Ali-Bey Nens, comenta que “hay que concienciar al consumidor sobre que los materiales tienen una fecha de caducidad”. Mientras que Ingrid Puig, propietaria de Bitti, explica que “es muy importante argumentar esta cuestión para que el cliente lo entienda. Muchos de nuestros clientes pueden comprar una silla auto, pero algún amigo o familiar les ofrece una porque ya no la utiliza. Darles información sólida de por qué no es conveniente reutilizarlas les hace entender perfectamente la necesidad de adquirir una nueva”. Y Joan y David Font, administradores de Font Espasa, añaden que “evidentemente, existe la segunda mano y el préstamo, pero cada vez más la gente es más consciente de que una silla auto antigua no es lo suficientemente segura ni recomendable. Informamos de los pros y contras de aprovechar una silla de un familiar o una propia y, según el estado, valoran la utilización o no. En las sillas de segunda mano somos muy tajantes de que no se tienen que utilizar”. Tal y como detalla Matías Amengual, propietario de Genoveva Bebé, “siempre ha existido esta problemática, pero nosotros tratamos de ser muy pragmáticos, explicando el por qué no se debe usar una silla de la que no se conoce su origen y el uso que ha tenido”. A lo que Pilar González, gerente de Míster Baby, añade que “no somos conscientes de lo que significa comprar de segunda mano. Falta concienciación de la importancia de los materiales de las sillas auto y el conocimiento de que con el tiempo se deterioran. Siempre aconsejamos la compra de una silla nueva, aunque sea más sencilla, que una de segunda mano por buena que sea”. Y Beatriz González, CEO de Silbetika, manifiesta que “vemos como la problemática de la compra de sillas auto de segunda mano sigue marcando el panorama actual. Al adquirir una silla de segunda mano desconocemos si ha sufrido accidentes o si está dañada su estructura interna. Deberíamos tomar conciencia del valor de la compra de productos de primera necesidad para nuestros hijos, empezando por crear un plan desde el gobierno para fomentar la compra de estos artículos”.
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