se pierda por la imposibilidad de verter a la red los excedentes de producción fotovoltaica, y la incapacidad de almacenarlos localmente. En instalaciones frigoríficas, el aprovechamiento de estos excedentes de energía eléctrica, a coste cero, es posible, no solo mediante acumulación en baterías eléctricas, sino también mediante acumulación de energía térmica en forma de frío. La acumulación de energía térmica, como por ejemplo en bancos de hielo, presenta interesantes ventajas respecto de la acumulación eléctrica. lugar de la red, como que la instalación frigorífica sea realmente capaz de aprovecharla. Aunque en todo caso, la hibridación de una instalación frigorífica con energía fotovoltaica de autoconsumo tiene un gran interés económico, con plazos de retorno inferiores a los cinco años. Es esta y no otra la manera de conseguir la completa descarbonización de la instalación frigorífica. De esta forma eliminamos el impacto indirecto sobre el calentamiento global de las emisiones de CO2 asociadas a la producción de energía eléctrica, pero es sin embargo más prioritario la reducción del impacto directo, asociado a las emisiones de gases de efecto invernadero. LOS REFRIGERANTES NATURALES La protección del medioambiente forma ya parte de la misión y estrategia corporativa de muchas empresas e instituciones. Y la completa eliminación del uso de los gases de efecto invernadero se erige como una de las políticas clave en la explotación de instalaciones de refrigeración. Los refrigerantes naturales son por tanto la opción sostenible a largo plazo. Pero mucho más influyente y expeditivo que la amplia sensibilización corporativa, es el reglamento F-Gas en su última revisión del pasado mes de marzo. El reglamento establece nuevas prohibiciones para los HFC a partir de 2025, 2027 y 2030 e incluso introduce a partir de 2032 ciertas prohibiciones en determinadas aplicaciones, para el uso de cualquier gas fluorado, incluidos los HFOs. En efecto, los HFOs o refrigerantes sintéticos de “nueva generación” se plantean como una solución transitoria, aunque en numerosos casos necesaria para permitir una suave transición a los refrigerantes naturales, y garantizar la viabilidad técnico-económica del parque de instalaciones existente. Curiosamente, dentro de las distintas aplicaciones de la refrigeración, sólo el frío móvil sale indemne de la nueva tanda de prohibiciones, que a partir de 2023 queda como la única aplicación en la que se autorizará de forma indefinida —por ahora— el uso de HFC en nuevos equipos. Más allá de las prohibiciones de uso de HFCs, está la paulatina reducción de las cuotas de importación de estos gases en la Unión Europea. La importante reducción en enero de 2024 ha elevado los precios del refrigerante, reviviendo la burbuja especulativa de 2018. Y la nueva reducción prevista para 2025 ha hecho repuntar aún más los precios en el ultimo tercio de este año. Por otra parte, no podemos ignorar la creciente sensibilización social sobre los PFAs, perfluoroalquilos, conocidos Instalación fotovoltaica de autoconsumo industrial. Fuente: Greening Energía. • El coste por kWh de acumulación es de un orden inferior. • La vida útil de la acumulación térmica es mucho mayor. • Las pérdidas diarias son inferiores, del orden del 1%. • La acumulación térmica proporciona además inercia térmica al sistema, mayor fiabilidad y seguridad. En definitiva, en la hibridación de las instalaciones frigoríficas con energías renovables, se trata más bien de integrar sistemas de acumulación térmica de que instalar placas fotovoltaicas. No es tan relevante que la energía renovable provenga de una de instalación de autoconsumo en Grupo de producción de agua helada con acumulación de hielo. Fuente: Boreales Energy. 36 DOSIER EFICIENCIA ENERGÉTICA SECTOR INDUSTRIAL
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