IG287
49 GEOTERMIA Sin embargo, cuando se habla del calentamiento de la Tierra, este está relacionado con el clima, que es la media de los valores diarios de tem- peratura, precipitaciones, etc. en una región determinada durante un periodo largo de tiempo. A lo largo de la historia de la Tierra, el clima ha variado debido a causas natura- les, pero, en la actualidad, el cambio climático se debe mayoritariamente a la emisión de los gases de efecto invernadero producidos por la acti- vidad humana, fundamentalmente a las relacionadas con la generación y consumo de energía en todas sus formas: eléctrica, térmica y carbu- rantes para el transporte. Para frenar las emisiones netasmundia- les de CO2 de origen antropogénico es indispensable una transición “rápida y de gran calado” en la tierra, la energía, la industria, los edificios, el transporte y las ciudades. Así lo indicó el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) en un informe especial publicado en 2018. En dicho documento se señaló la necesidad de neutralizar las emisio- nes de carbono para 2050, un objetivo que también se marcó en la Cumbre sobre la Acción Climática de 2019. En este evento, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, hizo un llamamiento a todas las institu- ciones financieras, públicas y privadas para que eligiesen la economía verde como la única opción para atajar el calentamiento global. La energía geotérmica somera o de muy baja entalpía, ampliamente uti- lizada y muy apreciada en los países noreuropeos, puede emplearse e instalarse en edificios e industrias en cualquier localización geográ- fica. ¿La razón? Se encuentra a tan solo pocos metros bajo la superficie terrestre donde el terreno se man- tiene a una temperatura estable, en la mayor parte de la península a 15°C de media, independientemente de la estación del año o de las condicio- nes meteorológicas, facilitando así la producción de calor y frío renovable mediante el uso de bombas de calor altamente eficientes. A las bombas de calor va conectado un intercambiador geotérmico localizado en el subsuelo que capta la energía que hay bajo tierra a una tempera- tura entre 15°C y 20°C. Mediante el uso de la bomba de calor, situada en el interior del inmueble, se incrementa la temperatura hasta el nivel reque- rido por el uso y, en verano, el proceso se invierte, inyectando en la tierra el calor procedente de la refrigeración. El rendimiento estacional (SPF) de un sistema de intercambio geotérmico con bomba de calor bien diseñado y ope- rado alcanza un valor, como mínimo, en torno a 4. Es decir, por cada unidad de energía eléctrica que usa el sistema geotérmico, se obtienen 4 omás unida- des de energía final en forma de calor o frío. Estos valores de rendimiento se incrementan sustancialmente en caso de que existan demandas simultáneas de frío y calor para cubrir, superando los límites establecidos por la Directiva Europea de Renovables para sopesar si un sistema de climatización puede considerarse renovable o no. De hecho, las bombas de calor geotérmicas no solo cuentan con extraordinarios ren- dimientos de fabricación, sino que los mismos se mantienen en operación. Los sistemas de climatización por inter- cambio geotérmico no dependen de las condiciones atmosféricas pues el intercambio de calor no lo hacen con UN GRAN POTENCIAL DESCONOCIDO La Comisión Europea está promo- viendo de forma determinante la transición energética de la Unión y, desde España, se sigue la estela euro- pea, trabajando para lograr un sistema energético sostenible y no contami- nante. De acuerdo al informe anual de la situación eléctrica en el Estado español realizado por Red Eléctrica de España (REE) en 2020, por décimo año consecutivo, la energía nuclear es la principal fuente de energía del país. Eso sí, las renovables le pisan los talones ya que ocupan un 43,6% del total de la energía generada, un máximo histórico que aumentó con- siderablemente con respecto a 2019, momento en el que ocupaba un 37,5% del total. La eólica es la energía renovable por excelencia en España, con un 21,7% de generación eléctrica en el sistema nacional, seguido por la hidráulica (11,9%) y la fotovoltaica (6,1%). En cuanto a las otras renovables, solo representan un 3,9%, un dato muy inferior para el gran potencial que poseen, como es el caso de la geotermia. A pesar de venir siendo utilizada con algunos fines térmicos desde hace siglos —termas romanas, baños turcos, fuente de calefacción, etc.— y estar bastante desarrollada en el norte de Europa, EE UU y Asia, la energía geotérmica continúa siendo una gran desconocida en España. Ya sea por la poca voluntad política o por las barreras normativas, esta fuente de energía se encuentra claramente infrautilizada. Una lástima, si se tiene en cuenta la inmensidad de recursos geotérmicos que existen en el subsuelo español, sobre todo si hablamos de los someros. Los sistemas de deshielo basados en la geotermia evitarían el congelamiento de las aceras y/o carreteras. Se trata de un mecanismo instalado en la superficie interior del pavimento que incorpora intercambiadores de calor.
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx