ECONOMÍA CIRCULAR 74 vegetativo del cultivo (54-58%), siguiendo una tendencia descendente alcanzando mínimos (28-32%) a 119 DDT en el período estudiado. A partir de la floración, la fracción fruto presentó un comportamiento ascendente, hasta ser la que más contribuyó porcentualmente en biomasa en el último control (4550%, 119 DDT). La fracción tallo tuvo la variación porcentual más estable, decreciendo progresivamente hasta alcanzar valores mínimos en el último muestreo (23-21%, 119 DDT) (Figura 4). CONCLUSIONES La investigación sobre la evaluación de bioabonos obtenidos a partir de residuos de pistacho en el cultivo de pimiento cv. Infantes ha arrojado resultados preliminares prometedores. Los bioabonos producidos mejoraron significativamente el crecimiento vegetativo del cultivo en las primeras etapas de desarrollo, especialmente en tratamientos que cubrían el 100% de las necesidades de nitrógeno (T1 y T3). Por lo que, mediante procesos fisicoquímicos, se logró reducir la fitotoxicidad de los obstante, los resultados obtenidos no indican un efecto claro de la dosis de abonado sobre cada fracción. La utilización de bioabonos de residuos de pistacho no solo es agronómicamente viable, sino que también representa una solución económica y ambientalmente sostenible para la gestión de residuos agrícolas. Por ello, desde el IRIAF continuaremos trabajando en la revalorización de subFigura 4. Distribución en materia seca (%) de las diferentes fracciones (hoja, tallo, fruto). residuos de pistacho, permitiendo su uso seguro y eficiente como fertilizante. La distribución de materia seca reflejó una adecuada transferencia de nutrientes y una optimización en el desarrollo de cada fracción (hoja, tallo y fruto). En las primeras fases, la fracción foliar tuvo la mayor biomasa, mientras que, en las etapas posteriores, la fracción de fruto predominó, indicando una correcta nutrición y desarrollo del cultivo. No
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