HC373-Horticultura

TRIBUNA DE OPINIÓN 10 Cuando se habla de avances en agricultura, en nuevas técnicas, muchas veces parece que hablamos de un futuro, como cuando pensábamos que en el año 2000 iríamos en coches voladores. La diferencia con este simple ejemplo es que la tecnología del futuro la tenemos aquí y ahora, son las conocidas como nuevas técnicas genómicas en este caso aplicadas en mejora vegetal para el desarrollo de nuevas variedades de semillas y plantas, entre las que se incluye las conocidas siglas CRISPR, descubiertas por el científico español Francis Mojica. El descubrimiento de CRISPR ha abierto un nuevo mundo de técnicas genéticas, con aplicaciones que van desde la eliminación de enfermedades hasta el desarrollo de cultivos resistentes a la sequía y a los insectos, capaces de crecer en entornos adversos. Estas técnicas que nos son modificación genética se basan en activar y/o desactivar genes del propio organismo que se está mejorando sin incluir ADN de otros organismos. El problema, una vez más, es que la ciencia no va de la mano de la legislación y aunque en otros muchos países ya han valorado su potencial y le han dado luz verde a su uso, la Unión Europea una vez más, pone freno al avance agrícola, pone freno a conseguir producir más con menos, pone freno a alimentar a una población que no deja de crecer sin aumentar las tierras de cultivo. ANOVE La tecnología del futuro que ya tenemos disponible La ciencia y la regulación deben ir siempre de la mano, colaborar y trabajar para que la agricultura europea no se vea frenada.

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