HC353 - horticultura
DOSIER: CÍTRICOS y una mayor precariedad. Además, utilizar un producto no autorizado cuando se emplean equipos que detec- tan concentraciones muy bajas de residuos, supone un riesgo muy serio que nadie debería correr. Se escucha de productores que han hecho acopio de metil clorpirifos y que han realizado aplicaciones en sus fincas, pero no conocemos ni si es cierto, ni el número exacto. ¿Existe alguna forma de combatirlo o el citricultor se ha de centrar en la prevención? Todos sabemos que este insecto no se desplaza a una velocidad importante, sino que lo transportamos nosotros. Si apareció en 2009, unas cinco campañas más tarde ya se daban avisos de que se debía tener mucho cuidado con la reutilización de los cajones en los que se trans- portan los cítricos. Los primeros árboles afectados son los más cercanos a los lugares donde se almacenan esos cajones en las fincas. Pero también los propios operarios que se desplazan a recolectar entre fincas transportan el insecto en los utensilios y en su vestimenta. Se deben tomar medidas estrictas para no ayudar al ‘cotonet’ a des- plazarse entre parcelas y para ello los cajones que entran en las fincas deben estar desinfectados y los operarios deben cambiarse sus monos y desinfectar las herramien- tas que lleven consigo. El coste de estas medidas no es elevado y puede ayudar muchísimo a controlar la expan- sión de esta plaga. Por otro parte, la detección temprana es esencial y para ello contar con trampas de feromonas resulta vital. Con estos dispositivos los machos se detectan muy rápido y gracias a ello podemos actuar antes de que los niveles de población sean demasiado altos. ¿Desde las empresas privadas se está trabajando para desarrollar nuevos productos para combatir el ‘cotonet’? La identificación de la feromona ha sido patentada por la UPV con la empresa Ecología y Protección Agrícola. Ahora esta compañía ha llegado a un acuerdo con Bayer para la distribución de las trampas de feromonas y las trampas de seguimiento y monitoreo. El producto Vynyty es una feromona contenida en un depósito con un insecticida, de forma que los machos que acuden a la trampa mueren. Desde centros de investigación como el IVIA o la pro- pia UPV se lleva años estudiando esta plaga. ¿Puede haber resultados de alguno de los proyectos a medio plazo? Gracias a los estudios llevados a cabo se consiguió aislar e identificar la feromona en 2018, pero ya se venía traba- jando desde 2014. El problema ha sido aislar una feromona de un insecto como éste que la produce en cantidades muy pequeñas. Ahora ha de ser el sector privado quien produzca esos kilos de feromonas necesarios para todas las trampas que se han de repartir por todo el territorio. La otra línea de investigación llevada a cabo ha sido la bús- queda del parasitoide específico, porque los establecidos en el Mediterráneo no eran eficaces contra Delottococcus aberiae . Un equipo de la UPV se desplazó a Sudáfrica para encontrar el parasitoide original y traerlo. El Anagyrus aberiae , identificado en el país de origen, se importó, estableció una cría inicial y se pidió un registro con esos datos, con las grandes dificultades que ello supone. Por fin, tras años de trabajo se ha podido transmitir ese insecto a la administración para hacer los insectarios que se están realizando este año. Todo el mundo ha de ser consciente que la investigación lleva su tiempo. Es a partir de ahora que esperamos que se acorten los plazos y tengamos en breve empresas que realicen una cría masiva para pro- porcionar a los agricultores insectos y mediante sueltas realizar un control biológico eficiente. La conjunción de todas estas estrategias son las que deben ser eficaces para combatir el cotonet. n Frutos deformados con presencia de hembras de Delottococcus aberiae . Árbol con todos frutos dañados. 14
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx