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13 ESPECIAL la capacidad de oferta y demanda flexible suficiente para optimizar los recursos energéticos distribuidos y mejorar la gestión de la red. La regulación debe mirar más a la demanda que a la oferta de generación. Si no, ¿cuándo se podrán beneficiar los consumidores de las ventajas del autoconsumo y de los contadores inteligentes o de la bajada de los precios de la energía por la mayor integración de energías renovables? La transición energética, ecológica y justa dependerá de que cada uno de nosotros nos convirtamos en consumidores activos. La Directiva (UE) 2019/944, sobre el mercado interior de la electricidad, supone un cambio espectacular del modelo energético convencional al situar en el centro del sistema eléctrico al cliente activo y la gestión de la demanda. La transición energética no será si no la asumen los ciudadanos. Las directivas europeas insisten en facilitarles que se beneficien de las ventajas de las nuevas tecnologías, como los contadores inteligentes y el autoconsumo, abriendo la competencia a millones de consumidores. No hacerlo así significará perder la próxima década. Fiar la seguridad energética de un país a los recursos energéticos centralizados es mantener un modelo energético sin competencia, caro y deficitario, ineficiente y contaminante. El reto más importante de la descarbonización no debería ser el objetivo de 59 GW renovables o el 100% del mix con fuentes renovables, sino cómo aproximar la generación al consumo. Para ello habrá que desagregar los objetivos de generación centralizada a gran escala de los objetivos de generación distribuida, aquella que cada consumidor activo puede controlar. ACELERAR LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA Los combustibles fósiles impulsan la crisis climática y la inflación; por el contrario, acelerar la transición energética será decisivo para afrontar la “inflación fósil” y estabilizar la economía europea con más autosuficiencia energética. El desarrollo de las energías limpias ha demostrado que su velocidad de maduración supera al resto de tecnologías, por lo que se debe priorizar la financiación de la transición ecológica y abandonar el principio de “neutralidad tecnológica” o “neutralidad de mercado” que utilizan tanto el BCE como la Comisión Europea en la taxonomía sobre inversiones sostenibles. Se debe reducir la demanda de CO2 conmás demanda de economía verde. La mejor política de ahorro es acelerar la transición energética. Subestimar el potencial de competitividad de las energías limpias ha sido una constante del modelo energético tradicional para frenar las políticas climáticas. Cuando hoy se comprueba que el coste de tecnologías, como la fotovoltaica, eólica, baterías de almacenamiento, autoconsumo o edificios cero emisiones, es más competitivo y eficiente que el de las energías convencionales, se demuestra que una transición rápida a las energías limpias producirá más felicidad a los consumidores y al planeta. n La transición energética, ecológica y justa dependerá de que cada uno de nosotros nos convirtamos en consumidores activos La gestión inteligente de la demanda garantiza la capacidad de oferta y demanda flexible suficiente para optimizar los recursos energéticos distribuidos y mejorar la gestión de la red

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