TECNOLOGÍA/ENTREVISTA 52 regiones costeras donde, de otro modo, las aguas residuales se verterían al mar. No obstante, es importante gestionar los riesgos asociados, como la salinidad y la presencia de contaminantes como el boro, que pueden afectar a los cultivos. En BIOAZUL estamos trabajando en soluciones innovadoras para minimizar estos riesgos, como herramientas de balance de nutrientes que optimizan el uso del agua regenerada en la agricultura. Por otro lado, la agricultura también puede beneficiarse de la eficiencia hídrica mediante tecnologías de riego de precisión y la optimización del uso de fertilizantes, lo que no solo reduce el consumo de agua, sino también la contaminación de los recursos hídricos subterráneos por exceso de nutrientes. Ejemplos como el proyecto Bonex, cofinanciado por la Fundación Prima, donde desarrollamos un enfoque Nexus que combina agua, energía, alimentos y ecosistemas, muestran que es posible optimizar el uso de los recursos disponibles de manera sostenible. El objetivo del proyecto es implementar este enfoque Nexus en el Mediterráneo, desarrollando y aplicando tecnologías innovadoras como la reutilización de agua con energía solar, los sistemas agrovoltaicos y el riego eficiente. Uno de los demostradores se encuentra en La Axarquía, donde BIOAZUL está llevando a cabo estudios sobre el contenido de nutrientes en aguas regeneradas para desarrollar una herramienta de decisión para agricultores. Por lo tanto, la clave para que el sector agrícola mantenga su productividad en un contexto de menor disponibilidad de agua radica en la adopción de soluciones tecnológicas avanzadas, la diversificación de las fuentes hídricas, y una gestión eficiente y sostenible de los recursos. Desde el punto de vista de la gestión del agua, ¿qué medidas considera necesarias para mantener e incluso aumentar la actividad económica de sectores como, por ejemplo, la agricultura, la ganadería y el turismo? ¿Qué productos y servicios pude ofrecer BIOAZUL para lograr este objetivo? Desde el punto de vista de la gestión del agua, es esencial adoptar un enfoque holístico que considere la optimización de los recursos hídricos disponibles, el uso de tecnologías innovadoras y la diversificación de las fuentes de agua. En primer lugar, es fundamental promover el uso de aguas regeneradas. A pesar de su potencial, estas aguas siguen infrautilizadas en algunas regiones, como Andalucía, donde solo un 17,5% del agua tratada es reutilizada. La gestión adecuada de las aguas regeneradas puede ser clave para sectores como la agricultura, proporcionando una fuente adicional de agua en tiempos de sequía y reduciendo la dependencia de la lluvia. No obstante, es necesario desarrollar planes de gestión de riesgos para garantizar la calidad y seguridad de estas aguas, tal como exige la normativa europea vigente. En segundo lugar, el uso de tecnologías de riego de precisión y gestión automatizada puede contribuir a un uso más eficiente del agua en la agricultura. Tecnologías como las que desarrollamos en el proyecto Axarquía Sostenible, donde se implementan herramientas de gestión automatizada de fertirrigación, permiten ahorrar agua y fertilizantes, mejorando al mismo tiempo la productividad agrícola. En tercer lugar, debemos prestar más atención a la reutilización de subproductos del tratamiento de aguas, como los nutrientes presentes en las aguas regeneradas. La escasez estructural de precipitaciones en España, agravada por el cambio climático, es un desafío creciente para la agricultura, que debe adaptarse a esta nueva realidad.
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