FM19

ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS 14 El incremento de las demencias es directamente pro- porcional al envejecimiento de la población, pero hay personas centenarias que mantienen la lucidez hasta el final de su vida, ¿se sabe por qué?, ¿hasta qué punto mantener una la actividad intelectual resulta un factor protector? Efectivamente, el principal marcador de riesgo impli- cado en el desarrollo de la mayoría de enfermedades neurodegenerativas es la edad pero existen individuos de edad muy avanzada que no las desarrollan en ningún momento. Sabemos que juega un papel muy importante el estilo de vida, la ausencia de los factores de riesgo anteriormente descritos y la participación de actividades cognitivas estimulantes. Esto último contribuye a aumentar nuestra reserva cognitiva, y diversos estudios de cohor- tes prospectivos poblacionales coinciden en que puede suponer un factor protector y retrasar la expresión clínica de la enfermedad. Háblenos de las técnicas que se están utilizando en la actualidad para el diagnóstico y control de la evolu- ción de estas patologías, y hasta qué punto ayudan a afinar el diagnóstico, ya que este conjunto de enfer- medades cursa con síntomas comunes, ¿es así? Para el diagnóstico de las enfermedades neurodegene- rativas vistas de una manera global, es fundamental el empleo de datos clínicos recogidos mediante interroga- torio y exploración física, datos analíticos que ayuden a descartar otras causas tratables que puedan presentarse con la misma sintomatología y hallazgos de neuroimagen que descarten de nuevo otras etiologías y aporten, en oca- siones, datos sugestivos de una enfermedad en concreto. Si lo analizamos de manera específica, en algunas enfer- medades neurodegenerativas que cursan con trastornos del movimiento, entre las que destaca la enfermedad de Parkinson por su mayor prevalencia, el diagnóstico se establece fundamentalmente en base a criterios clí- nicos. Pero este diagnóstico puede verse apoyado por el empleo de algunas técnicas que permitan detectar síntomas prodrómicos (estudios de sueño, olfacción…) o que permitan detectar una posible degeneración de la vía dopaminérgica nigroestriada (técnicas de Medicina Nuclear). En el caso de las demencias, especialmente en la enfermedad de Alzheimer, además de lo anteriormente descrito, la aparición de técnicas que permiten el estudio de determinados biomarcadores (como la determina- ción de las proteínas beta-amiloide o tau fosforilada en líquido cefalorraquídeo o la confirmación de la presen- cia de depósitos de beta-amiloide cerebrales mediante Tomografía por Emisión de Positrones –PET –) ha supuesto una revolución en el diagnóstico al permitirlo en fases más iniciales de la enfermedad, en fases prodrómicas o, en algunos casos genéticos, incluso en fase presintomática. ¿Qué fármacos se están utilizando en el tratamiento de estas enfermedades y cómo actúan? En la actualidad solo disponemos de fármacos que permiten realizar un tratamiento sintomático en estas enfermedades, en ninguna de ellas existe un tratamiento que permita modificar el curso de la enfermedad o con- seguir su curación. En el caso de las enfermedades que cursan con trastor- nos del movimiento, los fármacos disponibles permiten reducir síntomas como el temblor o la rigidez y mejorar de este modo la calidad de vida de los enfermos. En el caso de las demencias, concretamente en la enfer- medad de Alzheimer, la demencia vascular, la demencia con cuerpos de Lewy y la demencia asociada a la enfer- medad de Parkinson, pueden emplearse los inhibidores de la enzima acetilcolinesterasa. Estos fármacos inhiben la degradación de la acetilcolinesterasa, neurotransmisor fundamental para las sinapsis neuronales, con el objetivo de que las neuronas aun preservadas funcionen de una manera más óptima. En la enfermedad de Alzheimer en fase moderada y avanzada, además, puede asociarse tratamiento con memantina, un antagonista no compe- titivo de los receptores glutamatérgicos NMDA. Ambos grupos de fármacos han demostrado en estudios cien- tíficos mejoría en cognición, actividades de la vida diaria y síntomas psicológicos y conductuales. La eficacia del Gingko Biloba en las demencias sigue siendo controvertida a día de hoy. Diversos estudios llevados a cabo con poblaciones heterogéneas han mostrado resultados inconsistentes, si bien se ha obser- vado en algún metanálisis reciente que el extracto de Gingko Biloba EGb 761 puede aportar mejoría en funcio- nes cognitivas, actividades de la vida diaria e impresión clínica global, aunque en España solo se ha aprobado su uso en el deterioro cognitivo asociado a la edad. También es posible el empleo de un suplemento nutri- cional de uso médico (Souvenaid ® ) en la enfermedad de Alzheimer leve, donde se ha demostrado una mejo- ría en la memoria. Por último, en todas las enfermedades neurodegenerativas pueden usarse otros fármacos con intención sintomática para síntomas frecuentes como las alucinaciones, los sín- tomas conductuales, la ansiedad, depresión, el insomnio o el dolor. Y con respecto a los medicamentos y sustancias que se encuentran en fase de investigación ¿cuáles des- tacaría y por qué? ¿Qué opina sobre el aducanumab, pendiente de aprobación por la FDA? En el ámbito de la enfermedad de Alzheimer, la tasa de

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx