73 SECTOR usuarios no solo los vehículos más avanzados tecnológicamente, sino los más seguros posibles. Otros países como EE UU o aquí en Europa, Francia, Alemania o Reino Unido, han sabido hacer los deberes y ya tienen un vigor un marco normativo que hace de la conducción autónoma hasta SAE 4 una realidad”, declaró José López-Tafall, director general de ANFAC. Por su parte, Felipe Jiménez Alonso, subdirector de Investigación y director de Sistemas Inteligentes del Insia, destacó que “la incorporación de sistemas de asistencia cada vez más avanzados es imparable, y su integración coordinada permite al vehículo disponer de una percepción más completa y robusta de lo que sucede a su alrededor y en su interior con lo que puede hacerse cargo de tareas de complejidad creciente de forma paulatina pero continua que favorece la aceptación por parte de los usuarios”. VEHÍCULO AUTÓNOMO EN ESPAÑA A fin de poder establecer una comparativa real y fiable entre los distintos modelos de vehículos, para la elaboración de este estudio se han utilizado una serie de indicadores, obtenidos a través de cuestionarios realizados a las marcas integrantes de Anfac. Se abordan tres aspectos diferentes: indicador de nivel potencial de autonomía, indicador de nivel de autonomía real de la oferta e indicador de funcionalidades de autonomía incorporadas en la oferta. Desde Anfac se recalcó que España no dispone de un marco regulatorio que permita circular con vehículos altamente automatizados, por lo que los resultados de este barómetro quedarían limitados a una necesaria regulación normativa, ya que, aunque los fabricantes dispongan, en muchos casos, de la capacidad necesaria para ofertar vehículos con SAE 4 o SAE 5, en la práctica no pueden circular por las carreteras de nuestro país, algo que a juicio de la entidad debe solucionarse “cuanto antes”. En relación con el nivel de autonomía potencial del mercado, los resultados evidencian que el sector de turismos y de autobuses son los que está liderando el proceso, con un nivel de autonomía potencial de 3,1 sobre 5 y un 66,6% y 72,9% respectivamente de vehículos que podrían llegar a un nivel parcial de automatización (SAE 2 ó 3) si las condiciones fuesen las óptimas. En los comerciales ligeros, los resultados son un poco más discretos, con una puntuación de 2,8 sobre 5 y un 65,6% de los vehículos que podrían ofertar SAE 2 o SAE 3. Es destacable que, tanto para turismos como comerciales, más del 30% de la oferta comercial podría alcanzar un estado potencial de automatización muy avanzado (SAE 4 o 5), pues ya existen marcas con capacidad para ello, aseguraron desde la asociación. En los vehículos industriales, la automatización está en un estado menos avanzado en términos de nivel SAE potencial con respecto a los vehículos ligeros y autobuses. El nivel de SAE potencial es de 2,5 sobre 5 para vehículos industriales. Cabe destacar que, respecto al barómetro anterior, los industriales mejoran su potencial de automatización, predominando el SAE 2 y 3 con un 35,8%, frente al SAE 0 y 1 con un 30,5%, cambiando la balanza en pro de la automatización. El nivel de autonomía real para los turismos es, mayoritariamente, de SAE 2 (81% de los modelos), mientras que el máximo nivel disponible es el SAE 3, con un 18% de los modelos siendo capaz de incorporarlo. Ambos niveles de automatización mejoran respecto a las cifras registradas el año anterior. En el top diez de funcionalidades, destacan en los primeros lugares el sistema de control de presión de los neumáticos (TPMS) (incorporado en la totalidad de los modelos, pues es obligatorio desde noviembre de 2014), el sistema avanzado de frenado de emergencia (AEB) (98,5% de los vehículos) y el sistema de advertencia Los niveles de autonomía SAE 2 y SAE 3 representan etapas clave en la evolución de los vehículos automatizados, con diferencias significativas en su capacidad de control y responsabilidad del conductor. En el nivel SAE 2, conocido como “automatización parcial”, el vehículo puede gestionar simultáneamente tareas como la dirección, aceleración y frenado en condiciones específicas, pero requiere que el conductor supervise constantemente el entorno y esté listo para intervenir en cualquier momento. Este nivel se encuentra comúnmente en tecnologías como el control adaptativo de crucero y el mantenimiento de carril. Por otro lado, el nivel SAE 3, definido como “automatización condicionada”, permite que el vehículo asuma el control completo en situaciones predefinidas, como en autopistas o tráfico denso. Aquí, el conductor puede delegar la conducción durante estas circunstancias, ya que el sistema monitorea el entorno de forma activa. Sin embargo, sigue siendo esencial que el conductor esté disponible para retomar el control si el sistema lo solicita. Este avance plantea nuevos retos en términos de regulación y seguridad, marcando una transición hacia una experiencia de conducción más automatizada y eficiente. “Una vez más, la tecnología avanza más rápido que la propia legislación. El vehículo autónomo y conectado es una oportunidad de gran valor para España y estamos a un solo paso de aprovechar todo su potencial. Por tercer año consecutivo, el barómetro de Anfac pone en especial relevancia el trabajo y el esfuerzo que se realiza desde las marcas para ofrecer a los
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