FABRICACIÓN ADITIVA 37 Las tecnologías de fabricación aditiva metálica tienen cada vez más protagonismo en el ámbito industrial en el desarrollo de nuevos productos con nuevos diseños aligerados, componentes con nuevas funcionalidades integradas o productos personalizados; en el suministro de repuestos con ‘lead-time’ reducido; así como en el reacondicionamiento y la reparación de componentes para el incremento de su vida útil. Igualmente, existe una demanda creciente para que estas tecnologías puedan procesar o estén preparadas para abordar la fabricación de nuevos materiales de alto interés para la industria. Y, debido al alto coste de las materias primas empleadas en estos procesos productivos, cada vez cobra mayor importancia la reutilización como una característica a integrar para mejorar la sostenibilidad de los propios procesos de fabricación. Asimismo, el aseguramiento de la calidad y de los requerimientos o especificaciones técnicas de producto es también un aspecto de vital importancia y está condicionado, por una parte, por las características de la materia prima, los parámetros seleccionados para cada uno de los procesos, el diseño del producto y la estrategia definida para abordar la fabricación y la robustez de los mismos, y por otra parte, por todas las etapas de post procesado que pueden incluirse en la cadena de valor para la optimización de las prestaciones alcanzables. No en vano, la calidad ya no equivale únicamente a la ausencia de defectos (poros y faltas de fusión), sino que se deben asegurar unas propiedades mecánicas que solo se pueden alcanzar mediante tratamientos térmicos y de acabado optimizados para cada material. Para asegurar esta calidad, es también de vital importancia la trazabilidad del proceso de fabricación a lo largo de las diferentes etapas de la cadena de valor gracias a la integración de diferentes herramientas o habilitadores digitales. A pesar de que las tecnologías de fabricación aditiva se engloban en el concepto de la Fabricación Digital, la digitalización en la mayoría de los casos se limita solamente a la etapa de impresión en 3D y no contempla ni las etapas previas de pre-procesado, ni las posteriores de acabado. Por este motivo, de cara a una futura industrialización de estas tecnologías, es necesario abordar la trazabilidad del proceso aplicando herramientas digitales y la digitalización de la cadena de valor. DEPOSICIÓN DIRECTA DE ENERGÍA En este escenario, una de las tecnologías de fabricación aditiva más prometedoras para atender esta demanda es la técnica DED (Direct Energy Deposition), conocida también como LMD (Laser Metal Deposition). Se trata de un proceso de aporte directo de energía en el que se emplea una fuente láser para generar un haz concentrado capaz de fundir el material, ya sea en forma de hilo o polvo metálico, permitiendo generar geometrías tridimensionales complejas y obtener recubrimientos o estructuras con propiedades idénticas o mejoradas respecto a las del material base. A diferencia de otras tecnologías de fabricación aditiva, basadas en la fusión directa de hilo o polvo mediante arco eléctrico u otras fuentes de calor, la tecnología DED genera mínima afectación térmica, y por tanto menor distorsión y deformación en el material.
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