73 VARIEDADES Josep Maria Albet, director de Albet i Noya ¿Cómo surgió la idea de recuperar variedades? Más que recuperar variedades, nosotros teníamos la idea de que en la naturaleza encontraríamos variedades resistentes, aquellas que han sobrevivido décadas en medio del bosque. Y así fue. Nos decantamos por hacer pruebas con 14 variedades y vimos que, en realidad, no eran tan resistentes. Cuando las movíamos del medio salvaje donde habían crecido todos estos años a plantaciones de cultivo tradicional, se convertían en variedades tan sensibles como otras con las que ya trabajamos. Excepto dos, Belat y Marina Rion, que sí presentaron características más rústicas y resistentes, con una calidad de uva y un comportamiento agronómico muy buenos. ¿Y cómo definiría cada variedad? Creo que la Marina Rion tiene mucho interés porque agronómicamente es muy buena, con la uva muy bien colocada para su ventilación, por lo que no necesita casi poda. Su producción es muy buena, también, con buen vigor y una capacidad de entre 10 y 12.000 kg por hectárea. Además, es fácil de cosechar. El vino que da tiene mucha acidez, evoluciona muy bien y es muy fresco, con un aroma muy interesante, una cualidad muy demandada hoy en día. Esta buena evolución, igual que sucede con el Riesgling, en ocasiones da notas de queroseno, como de petróleo, lo que la hace aun más interesante. Y no lo decimos solo nosotros, lo dicen los viticultores que ya han tenido ocasión de probar los vinos. Tanto es así, que alguno de ellos ya ha solicitado aumentar hectáreas de plantación por su enorme potencial. Asimismo, creemos que es muy buena para elaborar espumosos. Por su lado, creemos que la mayor ventaja del Belat, además de acidez, es que presenta unos taninos muy redondos, aunque la maceres muchos días. Su gama de color no es muy alta, es más bien ligera-media, pero es tan fresca que puede recordar a la Sumoll. No la recomendamos para elaborar rosados, pero sí para tintos y blanc de noirs. Pensamos que en el pasado se abandonó porque no se adapta muy buen cultivado en vaso, ya que su estructura es muy amplia y un poco débil y, cuando se carga de uva, se abre mucho. En cambio, funciona muy bien con espaldera. Sí que es cierto que me hubiera gustado que fueran todavía más resistentes, ya que sí requieren de algún tratamiento, pero estoy contento con su comportamiento. En 2020, que fue un año nefasto para la viticultura del Penedès –y de Catalunya en general–, fueron de las pocas variedades de las que recogimos casi el 100% de lo plantado, y eso que solo les hicimos tres tratamientos… La variedad tinta Belat la descubrió Josep Maria Albet en una viña abandonada en las Montañas de Ordal.
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