LA OPINIÓN DEL ENÓLOGO integrado por la bodega del mismo nombre, por Bodegas Gran Feudo y por Viña Salceda, además de comprar el cava ecológico Privat, la bodega Oliver Conti, Celler del Pescador y Bodegas Fin de Siglo”, expone el enólogo. Esta apuesta por el crecimiento vino acompaña de un proyecto que llevaba más de 20 años cociéndose, el rediseño de la bodega de Perelada. Finalmente, se inauguró en 2022 y el resultado fue un conjunto arquitectónico espectacular que se ha alzado como la primera bodega de Europa con certificado LEED GOLD de sostenibilidad. LA UNIÓN DE VINO Y CULTURA Parte de esta infraestructura está documentada desde la Edad Media, cuando ya existía la elaboración de vino en el castillo de Perelada. Pero fue en 1923 cuando Miguel Mateu –exalcalde de Barcelona, embajador de España en París e hijo del cofundador de los automóviles Hispano-Suiza– compró este conjunto monumental formado por el castillo, sus jardines y un antiguo convento carmelita anexo con el objetivo de revitalizar la tradición vitivinícola. Además, decidió reunir allí sus colecciones de vidrio, pintura, cerámica, etc. hasta dar forma al actual Museo del Castillo. Siguiendo su apuesta por la cultura, y tras la muerte de Mateu, las riendas del proyecto las tomó su yerno Arturo Suqué, quien junto a su esposa Carmen Mateu iniciaron el Festival Castell Perelada, un evento cultural reconocido internacionalmente, y apostaron por una profunda transformación basada en la obsesión por la calidad del vino para hacer de Perelada una de las bodegas más prestigiosas del país. Y lo consiguieron: 100 años más tarde, Perelada está reconocida como una de las mejores elaboradoras de cava, se ha posicionado como una de las 50 bodegas más admiradas del mundo y forma parte de los 100 mejores viñedos del planeta en materia de enoturismo. “En Perelada se han hecho las cosas bien, desde los cimientos”, nos dice el responsable de Enólogía, Delfí Sanahuja, quien nos recibe para enseñarnos sus nuevas instalaciones de la mano de Rafael Aranda, uno de los miembros de RCR Arquitectes, estudio responsable del diseño de la bodega. “El proyecto vitivinícola de Perelada se inició adquiriendo fincas en lugares que considerábamos emblemáticos – como Finca Garbet, Finca Malvina o Finca Espolla– porque el objetivo era empezar por la tierra, por la viña, por la materia prima y por el territorio, algo esencial para elaborar buen vino. Tras ello, se trabajó la marca, intentando hacer vinos de alta gama y comercializándolos de la forma adecuada. Cuando logramos posicionarnos en el mercado, apostamos por diseñar la nueva bodega”. Y es que para Sanahuja, que lleva en la empresa desde 1998, la clave del éxito está en realizar el proceso de forma correcta: “Lo primero es la viña, luego los vinos, después la marca, con sus clientes y sus ventas, y, por último, una buena bodega”, afirma. Si bien el proceso no ha sido sencillo, ha funcionado. Hace una década, Javier Suqué, presidente del actual Grup Perelada, se encontró en la vicisitud de escoger entre seguir siendo una bodega local, con ventas mayoritarias de cava en Catalunya y España, o dar el salto y convertirse en algo más: “En ese momento, alrededor de 2017, se escogió la segunda opción y se adquirió el Grupo Chivite, Delfí Sanahuja, director de Enología y Viticultura del grupo Perelada & Chivite, nos recibió en sus nuevas bodegas. 65
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