Por otro lado, las exportaciones de vino español disminuyeron un 1% en volumen, alcanzando los 17 millones de hectolitros, y en valor se situó en 2.446 millones de euros. Mientras tanto, las importaciones crecieron un 24% en volumen, llegando a 549.669 hectolitros, aunque su valor se redujo un 2%. Más allá de sus importantes cifras económicas, el sector vitivinícola español es uno de los principales motores de la actividad económica en las zonas rurales. En España, más del 40% de los municipios cuentan con áreas dedicadas al cultivo de la vid. Según una herramienta desarrollada por la Interprofesional del Vino de España (OIVE) y Analistas Financieros Internacionales (AFI), los municipios con viñedos mantienen, en promedio, un 52,8% más de población en comparación con municipios similares sin viñedos. Además, estos municipios presentan mejores indicadores laborales a los ciudadanos. Dos tercios de los municipios con viñedos son de pequeño tamaño (menos de 2.000 habitantes), y en estos lugares se ha observado que la población se ha mantenido o incluso ha experimentado un cierto crecimiento en los últimos años. En este sentido, los municipios con una mayor especialización vitícola han experimentado dinámicas demográficas más favorables, lo que ha contribuido, especialmente en las localidades de menor tamaño, a enfrentar el desafío demográfico que afecta a la España rural. El impacto climático en estos cultivos se agravará en el futuro, y tanto los agricultores como la administración pública ya están tomando medidas para mitigar sus efectos. ¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES IMPACTOS AMBIENTALES EN LA PRODUCCIÓN DE VINO? La sostenibilidad del sector vitivinícola nacional es indiscutible. De hecho, la superficie dedicada a la producción de vinos ecológicos ya representa el 33% de los viñedos cultivados. Sin embargo, el sector continúa en transformación, en busca de prácticas aún más sostenibles. En este sentido, se pueden destacar algunos de los principales impactos ambientales en el cultivo de la vid: • Uso de fertilizantes y pesticidas: los fertilizantes químicos pueden causar infertilidad del suelo y contaminar fuentes de agua. Los pesticidas, por su parte, pueden ser persistentes en el ambiente, acumulándose y afectando la biodiversidad. • Consumo de agua: según el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), el 41,1% de la superficie total de viñedos en España ya depende del riego. Esta dependencia del agua en los cultivos tiene un gran impacto, especialmente en un contexto de creciente escasez de este recurso. • Erosión y desertificación del suelo: la viticultura en zonas de secano y pendientes aumenta la vulnerabilidad del suelo a la erosión y la desertificación. • Emisiones por maquinaria agrícola: el uso de combustibles fósiles en la maquinaria para el cultivo también contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero. En cuanto a la producción de vino, los impactos ambientales más relevantes son: • Consumo energético: la producción de vino demanda una cantidad significativa de energía. Si bien algunas bodegas ya están invirtiendo en la La producción de vino, año tras año, ejerce una creciente influencia económica y social en España, consolidándose como uno de los pilares fundamentales de la economía nacional. La sostenibilidad está intrínsecamente ligada a este cultivo milenario. Reciente, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España ha puesto en marcha la estrategia Intervención Sectorial Vitivinícola (ISV) para el periodo 2024-2027, con un presupuesto de 202,1 millones de euros anuales. Esta iniciativa busca ajustar la producción vitivinícola mediante medidas como la vendimia en verde, la limitación de rendimientos de uva, la reestructuración de viñedos y la promoción en terceros países, entre otras. Dichos incentivos forman parte del marco de la nueva Política Agraria Común (PAC), que promoverá la adaptación a las nuevas exigencias medioambientales. A pesar de los esfuerzos por revitalizar el sector, la demanda de vino ha disminuido, y tanto las exportaciones como la producción en España han caído, aunque con precios ligeramente más altos. PRINCIPALES CIFRAS DE LA CAMPAÑA 2023/24 Y LA IMPORTANCIA DEL SECTOR PARA LAS ZONAS RURALES En lo que se refiere a la última campaña (2023/24), los datos de junio de 2024, proporcionados por la Interprofesional del Vino de España (OIVE), revelan algunas variaciones a solo un mes de su finalización, en comparación con las campañas anteriores. En primer lugar, la producción de vino disminuyó un 20,9%, situándose en 28,4 millones de hectolitros (M hl). En concreto, se produjeron 12,9 millones de hectolitros de vinos tintos y rosados (-25,1%) y 14,9 millones de hectolitros de vinos blancos (-17,2%). 63 BODEGAS INTELIGENTES
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