LA VOZ DEL SUMILLER 43 ¿Cómo inició su andadura en el mundo del vino? En el 2013 comencé a trabajar en el restaurante donde mi padre había trabajado de jefe de cocina durante 30 años, y que en aquel momento él se quedó tras la jubilación del anterior propietario. En poco tiempo, tuve que encargarme de las compras, gestión y venta de bebidas, entre ellas el vino que, en aquel momento, con 22 años, apenas había probado más allá del kalimotxo (jajaja). Un día comiendo con mi padre en el restaurante, entre servicios, me dijo de abrir una botella, la que yo quisiera. Fue un Ramón Bilbao Edición Limitada y me impactó, tanto que decidí atender personalmente a los comerciales y catar los vinos con ellos, cosa que me llevó a querer aprender más y comenzar el curso de Sommelier del centro CETT-UB. Y tras su ya larga experiencia, ¿qué aptitudes cree que se necesitan para ser un buen sumiller? Sobre todo, empatía con nuestros comensales ya que son quienes nos valoran día a día, por lo que tenemos que, en muy poco tiempo, acertar con el primer vino que le vamos a recomendar. Ya sea la copa de bienvenida o el primer vino del maridaje, desde ahí vamos a seguir conociéndole durante la cena y le vamos a hacer mejores sugerencias. Por otro lado, es importante cuidar a los proveedores –si ellos están contentos contigo– ya que así tanto tú como el negocio lo agradeceréis. A veces es difícil tenerlos contentos a todos, pero con contestarles los mensajes y recibirles en nuestro establecimiento de manera continua ya es un paso muy importante. Algunos otros básicos que destacaría son tener ganas de mantenerse actualizado, de querer seguir aprendiendo, de catar muchos vinos al año y de conocer la gastronomía que ofrece el establecimiento donde trabajas. Por último, y no por ello menos importante, ser objetivo. Lo que te gusta a ti puede no ser lo que le gusta a tu público objetivo, por lo que hay que pensar bien qué perfil de cliente viene a comer a tu restaurante para elegir los vinos de la carta. No queramos convencerles de que lo que nos gusta a nosotros –ya sean vinos naturales, burdeos de al menos 30 años, blancos del año en curso…–, es lo mejor y lo que tienen que beber, porque seguramente el restaurante va a estar en el mismo lugar, mientras que tú, posiblemente, acabarás cambiando de restaurante y dejando una herencia que puede ser del agrado, o no, del siguiente sumiller. Y lo digo por experiencia propia, he recibido cada herencia... Aunque también otras muy buenas de sumilleres con mucha cabeza. Este año ha aparecido en la lista de los Top 100 sumilleres de España, concretamente en la posición 34. ¿Qué significan este tipo de reconocimientos? Ante todo, es un reconocimiento a todos los sumilleres de este país, estén en la lista o no. La sumillería se ha visto reconocida gracias a Charlotte Hey y Agustín Trapero. Personalmente, es el reconocimiento a un camino que decidí emprender hace ya 10 años, porque ser sumiller no es solamente trabajar de ello, es vivir de ello. Siendo
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