VN39 - Eneo

62 CIERRE Cuando los tapones ya están impresos, se pasa al tratamiento de superficie. En un primer silo se les quita el polvo y en un segundo silo, se les trata con silicona alimentaria. Después, por un lado, se recogen los tapones de retención de cada lote –que se guardan en laboratorio durante 5 años– y, por otro, los tapones se agrupan cada 1.000 unidades en una cinta para su control visual final. Si los tapones están en las condiciones correctas, llegan al proceso de empaquetado en cajones o cajas de cartón, que quedan abiertas un tiempo para que el etanol del corte se evapore. En este sentido, Vinventions realiza una evaluación de la verdadera contribución del tapón al aporte de oxígeno en la botella, permitiendo que los enólogos pueden evaluar el rendimiento del tapón, identificar variaciones y tomar decisiones en función de sus objetivos. “Por mucho que nosotros garanticemos la mejor solución de cierre, de nada sirve si el aporte de oxígeno durante el proceso de embotellado no es el adecuado. De ello nace nuestra gama de herramientas enológicas Wine Quality Solutions, centrada en desviaciones sensoriales, garantizar la consistencia de botella a botella y controlar la duración de conservación”, señaló. Tras la co-extrusión, el tubo se corta para crear los tapones individuales. Con el tapón ya impreso, el tratamiento ‘Corona’ modifica la tensión de la superficie del tapón, logrando una mejor adhesión a la tinta. SOLUCIONES PARA TODO TIPO DE VINOS “Estamos especializados en crear un tapón para cada tipología de vino, consultando con el cliente sus necesidades y ofreciéndole la solución que mejor se adapta”, nos dijo Marco Lozano, director comercial en España y Portugal de Vinventions. “Nuestros métodos de producción están validados por la Organización Internacional del Vino (OIV) y tiene en cuenta tanto la tasa de transferencia de oxígeno (OTR) como la desorción, ofreciendo una medición fiable para todo tipo de tapones”, añadió Marta Arranz.

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