53 LOS GRANDES RETOS DE LA VITICULTURA La primera jornada, el 3 de abril, se celebró entre las instalaciones de la bodega La Vinyeta y las de Castell de Perelada, ambas en el Empordà (Girona). La mañana transcurrió como un evento demostrativo en el que Joan Godia, director general de Empresas Agroalimentarias, Calidad y Gastronomía del Departament d’Acció Cimàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya, quiso destacar el “carácter innovador del sector vitivinícola catalán, que forma parte de una industria, la agroalimentaria, que ya representa el 14% de la economía catalana”. Tan importante es, que Godia subrayó que “la media de innovación en el sector agroalimentaria en Cataluña es más alta que la de España, pero sigue por debajo de zonas punteras como los Países Bajos”. Josep Serra, propietario de La Vinyeta, explicó al centenar de asistentes su proyecto, destacando que empezaron de zero en 2002: “En casa éramos carniceros, no conocíamos el mundo del vino, pero mientras Marta –su pareja y copropietaria– y yo estudiábamos la carrera decidimos comprar 4 hectáreas de terreno. En 2004 empezamos a elaborar el vino y en 2006, a venderlo. Siempre con un enfoque abierto y con una explotación donde se aprovecha todo. No generamos residuos sino recursos”, dijo. Y es que esta es la clave de La Vinyeta, una bodega sostenible que apuesta por un concepto totalmente cíclico. Además de trabajar en ecológico y con agricultura regenerativa, elaboran quesos y mieles con sus abejas y ovejas de proximidad: “Nuestros ejes siempre han sido 3: sostenibilidad, innovación y autenticidad, especialmente trabajando variedades como la Garnacha y la Cariñena y con materiales de envejecimiento como la cerámica o el hormigón”. Entre las decenas de proyectos sostenibles y de innovación que gestionan, Serra destacó el de recuperación de levaduras salvajes de sus propias viñas junto al INCAVI, la creación de compost mediante los residuos de los municipios cercanos, la reutilización de botellas a través del proyecto REWINE, la aplicación de colas hidrosolubles para poder reutilizar etiquetas, la instalación de placas fotovoltaicas –el 80% de energía que gastan ya proviene del sol–, la creación de una cooperativa de distribución de proximidad con negocios de la zona, la colaboración con entidades de formación o el proyecto Bodega Digital para mejorar la trazabilidad del vino y optimizar el control de los inventarios. En la parte demostrativa, el Celler Llopart mostró su aserpiadora y cómo puede ayudar a los viticultores a combatir la sequía; desde la Universidad Politècnica de Catalunya enseñaron un vehículo multipropósito para aplicaciones agrícolas; Eurecat expuso un dispositivo para aplicar la realidad aumentada en la formación en poda; las empresas Jympa y Waatic mostraron un equipo que aplica Inteligencia Artifical en la monitorización del suelo mediante prácticas agrícolas profundas; desde la bodega Eduald Massana presentaron Rovinya, un robot autónomo y modular para la realización de trabajos agrícolas; y Terraview habló de sus fórmulas de monitorización inteligente de la humedad del suelo. Ya en Castell de Perelada, la mesa redonda ‘Los retos de la viticultura actual’ captó la atención de todos los asistentes, que llenaron el auditorio de la bodega. Jaume Boixadera, exjefe del Servicio de Suelos y Gestión Medioambiental de la Generalitat, destacó la importancia de tener en cuenta el tipo de suelo y la durabilidad de las viñas para crear estrategias realmente sostenibles. Xoán Elorduy, jefe del Servicio de Viticultura, Enología y Ampelografía del INCAVI, añadió que, más allá de tener en cuenta las tres vertientes de la sostenibilidad (económica, social y medioambiental), es necesario crear estrategias personalizadas en cada bodega: “Las soluciones genéricas o importadas ya no sirven, las aplicaciones deben ser concretas y específicas para cada territorio”. Las demostraciones se llevaron a cabo en las instalaciones de la bodega La Vinyeta, en el Empordà (Girona).
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