VN36 - Eneo

paso en cada parcela: “En viticultura, el reto es irnos adaptando al cambio, trabajando para conseguir el fruto que deseamos a pesar de las adversidades”, señala. En la bodega, Grau apuesta por mimar la uva del mismo modo que cuando está en la viña a través de una intervención mínima. En bodega, el criterio es igual de claro: “Primero seleccionamos exhaustivamente granos que nos darán el perfecto equilibrio de acidez y azúcar. Fermentamos en depósitos de hormigón puro para mantener temperaturas lo más homogéneas posibles, cinéticas de fermentación paulatinas y las crianzas, prácticamente al 100% las hacemos en foudres de 2.000 y 2.500 litros de robles que respeten al máximo nuestro fruto. No añadimos nada, no modificamos nada, prácticamente no remontamos ni hacemos ‘piggeage’, dejamos que la uva se manifieste por sí sola”. Y es que para Grau, respetar y ensalzar los viñedos de su zona es fundamental: “Si tratamos las viñas con una viticultura en que la planta se desarrolle en toda su plenitud y respetamos las uvas que llegan a la bodega sin modificar nada, tendremos vinos que llevarán nuestros sentidos a los parajes en los que nacen”. Uno de los grandes hechos diferenciales de Grau es que hace los vinos que le gustan. De estilo alejado de modas, gustos de prescriptores o tendencias, busca una autenticidad profunda y muy ligada a la esencia: está convencido de que se puede hacer un vino excelente con muy poco, sin artificios y respetando el lenguaje natural de la viña. Aunque a él le ha funcionado, respetar la tierra y elaborar un vino de calidad que tenga buena respuesta en el mercado no es tarea fácil. Lo interesante es saber qué entiende Todo el viñedo se trabaja en ecológico y también se practican algunas labores de agricultura biodinámica. En la bodega, Grau apuesta por mimar la uva del mismo modo que cuando está en la viña a través de una intervención mínima. 56 PEQUEÑAS BODEGAS

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