VN36 - Eneo

17 SECTOR representatividad de los biotipos de la Pedro Ximénez” y la tradición de tres generaciones de la familia de Tomás Montañés. A su esposa Fátima Vílchez le da pena “porque es un cultivo muy bonito”, pero apunta que “los costes de producción se han elevado mucho, el precio de la uva sigue muy estándar y lleva así muchísimos años, casi 30 al mismo precio, y no da rentabilidad”. También valora la perspectiva de que “no viene nadie detrás después y si se pone viña, es un trabajo al que los jóvenes no le prestan tanta atención a la hora del aprendizaje, lo que hace que el relevo generacional también sea muy dificultoso”. Frente a ello, Vílchez entiende que "el olivar es mucho más factible, tanto económicamente como en la labor que realizan en él, y tiene mucho menos jornales”. DOS GENERACIONES VIVIERON DEL VIÑEDO Su marido recuerda que “han vivido dos generaciones de ese viñedo y ahora ellos, que son la tercera, han decidido plantar olivos”, lo que implica “más mecanización pero menos exigencia a la hora de los trabajos”, a la espera de lograr “más rentabilidad”. A la pregunta de qué vino saldrá de esta vinificación única, Manuel Jiménez del Pino responde que es “la sorpresa de siempre“ ya que ”nunca se ha vinificado esta parcela“ y tienen la misma incertidumbre que cuando empezaron con el proyecto de Insensatos a vindicar parcelas concretas ”a ver qué salía”. De todas formas, precisa que cada orientación, cada vid, cada suelo, cada microclima y también la influencia del viticultor –eso a lo que los franceses le llaman terroir, el conjunto de Manuel Jíménez del Pino, integrante del el grupo vitivinícola ‘Los insensatos de la Antehojuela’, encargados de elaborar este último vino. condiciones suelo-clima-planta-variedad– y la influencia humana determinan que sean vinos diferentes unos de los otros. n

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