LA VOZ DEL SUMILLER 52 de vinos fue genial. Me lo pasaba muy bien conociendo pequeños proyectos de mi zona a los que ayudé en sus inicios desde la plataforma de mi tienda, a montar eventos como una feria de vinos, un concurso de vinos de la Firagost que organicé durante más de 10 años, a llevar bodegas a la tienda para dar catas… Y de la tienda, pasó a la bodega como delegada comercial, primero en el Celler de Capçanes y actualmente en Juvé & Camps. ¿Qué le llevó a dar este cambio? Si El Rebost solo hubiera sido una tienda de vinos, aun seguiría allí, probablemente. Pero el peso del negocio recaía en el catering, y después de 20 años me di cuenta de que no era mi proyecto vital. No me veía durante 20 años más haciendo lo mismo. Así que decidí cerrar la tienda, a pesar de que funcionaba, y abrir mis fronteras profesionales. Casualmente, me llegó una oferta para trabajar de delegada de una bodega, que al final resultó ser el Celler de Capçanes, y la verdad es que nunca me he arrepentido del cambio. Sus dotes en la sumillería le han permitido hacerse con galardones como el tercer puesto en el Campeonato de España de Sumilleres Tierra de Sabor en 2022 o una segunda posición como mejor sumiller de Catalunya en 2019, entre muchos otros. ¿Qué representa para Anna Casabona recibir estos galardones? Ya desde que regentaba mi tienda, me involucré al 100% con todo lo que tuviera que ver con la sumillería. De hecho, durante un mandato fui la vicepresidenta de la Asociación de Sumilleres de Catalunya en Tarragona. Siempre vi los concursos de sumilleres como una experiencia genial para compartir competición con mis colegas de pasión, mas que de profesión. Y una motivación para seguir formándome y estar al día. La primera vez que me presenté al de Catalunya, me clasifiqué en la final y para mí significó una grata sorpresa. Y lo mejor fue que, de la noche a la mañana, aunque yo era la misma profesional de siempre, pasé de ser una más, a ser una sumiller reconocida. De hecho, hace tantos años que llego a la final que ya me conocen como la eterna finalista –jejeje–. Además, es profesora en distintos centros, lo que le debe dar una visión muy real del futuro del sector del vino. ¿Qué cree que nos depara? Lo que estoy viendo es que la gente que se dedica al mundo del vino cada día está mas preparada. Hay dos polos opuestos: los que solo distinguen si es blanco o tinto y los que pueden llegar a conocer detalles tan variopintos como cuál es la última Denominación de Origen que se ha creado en Holanda. El vino ha dejado de estar presente como un alimento en todas las mesas españolas para convertirse en un elaborado con más valor añadido. Se bebe menos, pero mejor. ¿Y qué importancia diría que tiene formarse en el mundo de la sumillería? Es vital. Tanto paro los que se dedican a la restauración (lo cual es obvio) como para los que nos dedicamos a la venta, ya que cuanto más sabemos de vinos, mejor podemos enamorar a nuestros clientes. Y, ¿cómo no?, también lo recomiendo a los enólogos. Por mis clases han pasado algunos enólogos para poder abrir horizontes. Normalmente, los técnicos que no salen de su bodega pierden muchas oportunidades para aplicar nuevas técnicas o buscar nuevos vinos si siempre ven y beben lo mismo. Estudiando sumillería, aparte de conocer vinos de todo el mundo, también aprenden a entender qué busca un consumidor en una copa de vino. Su contacto con los jóvenes que se forman es directo. ¿Qué consejo les daría a todos ellos? El primer día de clase les advierto de que no saben dónde se han metido. Que van a empezar a formarse en un mundo que engancha, que nunca más van a dejar de formarse sobre vinos y todo lo que les rodea. Porque les va a apasionar. ¿Cree que la función del sumiller es polivalente? Se les conoce por atender al comensal en el restaurante, pero las posibilidades son mucho más amplias… Cierto, tradicionalmente el sumiller era el camarero de los vinos en un restaurante gastronómico. Hoy en día encontramos sumilleres en restaurantes, en tiendas especializadas, en comercializadoras, en bodegas y en la ultima Anna Casabona recogiendo su premio de segunda clasificada en el Concurso del Mejor Sommelier de Catalunya en 2019.
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