VITICULTURA 70 A lo largo de las campañas del periodo 2015-2018 se estudió la respuesta fisiológica del viñedo a través de la medida de conductancia estomática (Gs), transpiración (E) y fotosíntesis neta (An) RESPUESTA FISIOLÓGICA AL RÉGIMEN HÍDRICO EN cv. VERDEJO: INTERCAMBIO DE GASES EN DIFERENTES MOMENTOS DEL DÍA EN LA DO RUEDA El manejo del riego en el viñedo resulta un aspecto crítico del cultivo para optimizar la producción y la calidad de uva en zonas de clima árido o semiárido. Hay una necesidad general de información sobre el comportamiento fisiológico del cv. Verdejo en relación con el estado hídrico de la planta, para orientar la repercusión agronómica y cualitativa con respecto a la variación del régimen hídrico de cultivo de cada viñedo. Jesús Yuste, Daniel Martínez-Porro, Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, Ctra. Burgos km 119, 47071 Valladolid *Correspondencia: yusbomje@itacyl.es El manejo del riego en el viñedo resulta un aspecto crítico del cultivo para optimizar la producción y la calidad de uva en zonas de clima árido o semiárido, sobre todo con escasa pluviometría en la época estival (Jones et al. 2005, Yuste et al. 2009), máxime en un escenario de cambio climático (Yuste y Vicente, 2015), pues la cantidad de agua que debe ser aportada y el momento de su aplicación dependerán tanto del nivel productivo como de la calidad de uva perseguidos (Alburquerque y Yuste 2011). Además, hay diversos factores que pueden influir en la respuesta del viñedo, tales como la reserva hídrica del suelo, el estado del viñedo, la variedad y las características edafoclimáticas del lugar de cultivo (Castel et al. 2013, Yuste et al. 2016). El estado hídrico de la cepa es el factor más limitante de su actividad fisiológica, y fotosintética en particular (Alburquerque et al. 2016). Es muy conocido que el crecimiento del viñedo es muy sensible al déficit hídrico (Gómez del Campo et al. 2002, Keller et al. 2008) y que éste reduce la asimilación neta de carbono y la acumulación de azúcar en la baya durante la maduración (Matthews y Anderson 1988, McCarthy 1997, Sipiora y Gutiérrez 1998; en Santesteban et al. 2011). Así, en general, el riego debe ser aplicado con moderación tras la parada de crecimiento del pámpano principal, con el objetivo de que la disponibilidad hídrica ayude a mantener una actividad fisiológica adecuada que facilite la síntesis de azúcares y la translocación de sustancias elaboradas a las bayas (Intrigliolo y Castel 2010). El riego permite aumentar en general el rendimiento del viñedo (Yuste et al. 2017), pero el riego deficitario en determinadas épocas se ha sugerido como estrategia para mejorar la calidad de la uva (McCarthy et al. 2000). En este NOTA: trabajo presentado en el XXI congreso GiESCO, celebrado en Tesalónica (Grecia).
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