VN33 - Eneo

VARIEDADES 56 Las variedades resistentes, desarrolladas a través de cruces entre diferentes especies de vitis, son una de las alternativas más esperanzadoras para mantener el negocio vitivinícola ante los retos del cambio climático. Su adaptación a la nueva realidad, así como la reducción del uso de insumos para controlar las enfermedades de la vid, se presentan como los mayores beneficios de estas variedades. Variedades resistentes, una solución genética para la viticultura del futuro El I Congreso de Viticultura Sostenible puso el foco en las variedades resistentes a enfermedades como una de las estrategias más interesantes para dar continuidad y futuro a la industria vitivinícola. Para ello contó con Attilio Scienza, investigador y profesor de la Università di Milano, quien explicó algunas herramientas que están siendo una auténtica revolución genética. Y es que la viticultura tiene que cambiar para ser más sostenible –en tanto en cuanto se adapte a un clima que está empeorando–, más respetuosa con su entorno y más eficiente. ¿Cómo? “A través de técnicas como la viticultura de precisión, de reducción de insumos, de portainjertos, mediante sistemas que permitan tomar decisiones más eficaces y, especialmente, utilizando variedades más tolerantes y resistentes a las enfermedades”, indicó Scienza. Nina Jareño

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