VN29 - Técnicas, equipos y productos para la enología y la viticultura

67 VITICULTURA COMPARTIR CONOCIMIENTOS SOBRE LOS CICLOS NATURALES Y LA REGENERACIÓN DE LOS SUELOS La agricultura regenerativa se basa en la comprensión de los ciclos naturales y cómo, en la actividad vitícola, se pueden regenerar los suelos, reducir la erosión, fomentar la biodiversidad y aumentar la capacidad de la tierra de absorber y almacenar carbono, mitigando el calentamiento global y dando resiliencia a esta actividad económica. La eliminación de productos fitosanitarios y fertilizantes, las cubiertas vegetales, el pastoreo en los viñedos... son maneras de restaurar la salud de la tierra y de hacerla ambientalmente más resiliente, más eficiente en la captura de carbono y que sea fuente de riqueza y trabajo para las personas. Siguiendo el objetivo fundacional de la asociación, compartir conocimiento, experiencias e información para facilitar la implantación de la viticultura regenerativa y maximizar sus beneficios, los ponentes del Segundo Simposio de Viticultura Regenerativa han mostrado las ventajas de este cambio de modelo a los cerca de 300 asistentes presenciales y virtuales. La inauguración corrió a cargo del granjero norteamericano Joel Salatin, que compartió las líneas maestras de Polyface Farm, un ejemplo de regeneración y simbiosis natural. Desde hace 60 años, Salatin produce alimentos de altísima calidad y regenera la fertilidad de unos campos degradados por el uso que se había hecho. Así, tanto cultivos como animales participan de una relación con beneficios para todos: “Es por eso que el cambio a la agricultura regenerativa es tan necesario”, indicó. “Ante los problemas de agotamiento del suelo, regenerarlos es imprescindible”. Josep Ramon Sainz de la Maza, asesor en agricultura regenerativa, agricultor y exganadero convencional, defindió la agricultura regenerativa como “del contagio”, porque cuando se explica “llega adentro”. Su base es el suelo, donde los minerales, la materia orgánica y la microbiología se relacionan y dan eficiencia y resiliencia al ecosistema. Este ciclo de descomposición y recomposición da riqueza a la tierra, alimento a las plantas y una mayor capacidad de retener agua y almacenar carbono. Todos los elementos se ayudan los unos a los otros desde la base de la cadena trófica hasta arriba, y dan estructura al suelo. La intervención humana –químicos, labrado...– rompe estos ciclos, destruye la estructura y degrada la tierra. Hay que permitir que la naturaleza se restablezca y beneficie también la agricultura, empezando por dejar de agredir los suelos. Como explicó otra ponente, la doctora en biología molecular y profesora de la Universitat Rovira i Virgili, Dania García, “hay que desaprender para volver a aprender y aplicar los conocimientos que nos ha transmitido la naturaleza durante miles de millones de años”. “CULTIVAR CON LA NATURALEZA, NO CONTRA ELLA” El viticultor Johan Reyneke, en Suráfrica, lleva 20 años “mirando de ser un buen agricultor”. Lo esencial, afirmó, es “cultivar con la naturaleza, no contra ella”, un cambio que requiere “reeducarse”. Como gran contribuyente al calentamiento global, la agricultura no puede “despertarse cada día y empeorar las cosas”. “Puedes ser parte del problema o de la solución”, sentenció. La agricultura regenerativa no es una ciencia exacta, pero hay que aprender de la naturaleza, como hacían los humanos hasta la aparición de la “agricultura química” a mediados del siglo XX. El agua fue el gran ejemplo de Reyneke: desde que trabaja con regenerativa, el suelo ha mejorado mucho y ahora necesita la mitad de agua que en el año 2000. Ahora la retiene mejor, reduciendo la erosión, gracias a la cubierta vegetal de las viñas y a no labrar. En esto coincidió Manel Badia, experto en el diseño Keyline, que analiza la topografía y los flujos de agua de manera holística. “La cubierta vegetal Miguel Torres Maczassek, director general de Familia Torres y presidente de la Asociación de Viticultura Regenerativa.

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