VN29 - Técnicas, equipos y productos para la enología y la viticultura

63 PEQUEÑAS BODEGAS tengo que actuar pero, de todos modos, intento intervenir lo mínimo. Algo de sulfuroso en la entrada, pero poco más, y durante el proceso solo actúo en momentos puntuales para que no haya problemas ya en botella. Si algo me caracteriza es el control absoluto de todo el proceso, lo que me permite entender qué pasa en cada momento y tener margen de actuación. Además, cuanta más información tienes, menos intervención externa se requiere. Si no hueles el vino cada día, si no lo catas, si no ves cómo fermenta… El susto final es tremendo”, asevera la enóloga. A lo que Siscu añade: “Si algo tenemos en común es la obsesión por el control. Mireia conoce el vino, pero también conoce cómo trabajan los viticultores y eso le permite dar las indicaciones exactas a todo el mundo para que el producto sea el que buscamos. Tiene capacidad de liderar, de dar las órdenes de la forma correcta y de ganarse el respeto de los que trabajan con ella”. En este sentido, Mireia declara que trabajar en Ca N’Estruc le da libertad y mucho aprendizaje. “Puedo arriesgar, probar y decidir. Como enóloga creo mucho en el respeto hacia el proceso de elaboración del vino, en cuidarlo al detalle y crear productos que expresen su personalidad. Cuando abro una botella, me gusta notar su tipicidad y eso solo se consigue si el vino expresa su fruta. Si intervengo mucho, puedo hacerla desaparecer, enmascararla, y eso es justo lo que no quiero. En vinos blancos está todo más estipulado, puedes jugar con una vendimia más o menos temprana o maderas de diferentes tipos, pero poco más. En tinos sí se puede experimentar más y eso es lo que estamos haciendo ahora”. UN MICROCLIMA ESPECÍFICO PROTEGIDO POR MONTSERRAT A 165 metros de altitud sobre el nivel del mar, la finca disfruta de un microclima específico, resguardada de los vientos fríos del norte gracias a la barrera natural que crea la montaña de Montserrat. Por su ubicación, la bodega forma parte de la DO Catalunya, pero no pertenece a ninguna otra DO: “Al estar al límite de la DO Penedès, el terreno es bastante pobre, arcillo-calcáreo y gravoso, lo que nos da rendimientos bajos. Pero, por el lado bueno, nos permite elaborar vinos de mucha calidad, más estructurados y con una maduración de la uva muy buena –algo que cada vez nos cuesta menos debido al cambio climático–“, señala Siscu. Las plantaciones están perfectamente orientadas, de norte a sur, para optimizar el aprovechamiento del sol, estudiando el marco de plantación adecuado en cada parcela según la variedad. La protección que ofrece la montaña de Montserrat permite disfrutar de veranos frescos e inviernos templados con una temperaturamedia anual de 14,1 °C: “Tener Montserrat a un lado nos da unas noches frescas, con temperaturas más templadas, lo que nos permite madurar la uva sin que pierda su frescura”, recalca la enóloga. Las plantaciones más recientes están conducidas en emparrado, para favorecer una mejor ventilación, evitar al máximo los tratamientos y conseguir una sanidad inmejorable en la planta. Los viñedos más viejos, con una media de 40 años, se podan aún en vaso, buscando producciones sostenidas para conseguir una uva de máxima calidad. Esta cuidadosa poda y el aclarado de uvas en el momento del envero ayudan a conseguir una maduración de la fruta más equilibrada. LA CONVIVENCIA DE VARIEDADES En Ca N’Estruc conviven variedades autóctonas junto a una amplia selección de varietales foráneos, pero perfectamente adaptados. En vinos blancos se trabaja con Xarel·lo, Chardonnay, Garnacha Blanca y Moscato. Y aunque la Macabeu aún forma parte de su catálogo, tanto Siscu como Mireia están dudosos sobre su futuro. En tintos, por su lado, Ca N’Estruc trabaja con Syrah, Garnacha Tinta, Cariñena y Petit Verdot. “Desde que iniciamos el proyecto hemos ido probando distintas variedades y las que nos han gustado, se han quedado. Otras, como la Tannat o algún Moscat, las hemos tenido que descartar”, señala Siscu. Progresivamente, la bodega va incorporando nuevas plantaciones para la elaboración los vinos jóvenes, aunque La sala de barricas, todas de roble francés, cuenta con toneles de 225, 300, 500 y 2.500 litros de diferentes tonelerías.

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