VITICULTURA 71 o complementarias al uso de fitosanitarios, basadas en los conocimientos científicos actuales, es el primer paso hacia una viticultura más sostenible. Los viñedos son uno de los principales cultivos leñosos del mundo, ocupando una extensión total de 7,4 millones de hectáreas. La Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV) ubica a España como tercer productor de vino a nivel mundial (37,5 millones de hectolitros en 2020), siendo un importante motor socioeconómico del territorio. El sector vitícola, dentro del Plan Estratégico 2020-2024 de la OIV, trata de promover una viticultura capaz de afrontar los retos del futuro. La pérdida de biodiversidad, el cambio climático, y la presencia de importantes plagas y enfermedades son desafíos a los que poner solución para poder seguir manteniendo una viticultura de calidad y sostenible económica y ambientalmente. Los viticultores españoles reclaman nuevos planes de inversión destinados a una mejora tecnológica, de gestión, de innovación y de digitalización del sector. En este contexto, la viticultura de precisión, la teledetección, las nuevas herramientas innovadoras y sostenibles para la fertilización inteligente de los viñedos y la gestión integrada de plagas van a ser clave en los próximos años. HERRAMIENTAS BIOLÓGICAS A pesar del creciente interés por la viticultura ecológica que se ha despertado en la última década, la viticultura convencional sigue siendo el sistema agrícola que más pesticidas consume. Actualmente, la Directiva Europea 128/2009/EC, relativa al uso de fitosanitarios, promueve la gestión integrada de plagas y enfermedades y el empleo de técnicas alternativas, con el fin de reducir la dependencia del uso de plaguicidas. La viticultura ecológica tiene como objetivo la producción de uvas y vinos de alta calidad, mientras minimiza el uso de químicos y mejora el cuidado del medio ambiente. Aportar nuevas herramientas compatibles con el manejo ecólogico de los viñedos es crucial para la expansión de este sector y, además, proporcionará alternativas también de aplicación en viñedos bajo el manejo integrado. En esta línea, el grupo de investigación IN-VID del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) de La Rioja trabaja en el desarrollo de herramientas directas e indirectas de control de plagas y enfermedades asociadas con el viñedo basadas en dos herramientas biológicas. • La primera de ellas consiste en el uso de nematodos entomopatógenos, de las familias Steinernematidae y Heterohabditidae, que son reconocidos agentes de control biológico. Tradicionalmente, su uso ha sido poco explorado en los viñedos. No obstante, en el contexto de cambio climático y de su implementación frente a plagas presentes en la parte aérea de la vid, estos nematodos pueden tener el potencial de ser agentes de control biológico frente a las plagas de la vid. • La segunda consiste en el empleo como biopesticida de las toxinas naturales producidas por las bacterias con las que estos nematodos Figura 1. Transmisión de la enfermedad de Pierce mediante el insecto-vector Philaenus spumarius y daños directos e indirectos causados por causados la polilla del racimo.
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx