55 ETIQUETAS Sus objetivos son diseñar, desarrollar y testar en un entorno operativo etiquetas inteligentes que integren antenas NFC, incluyendo una aplicación móvil para su lectura, así como etiquetas con tinta invisible y código bidimensional unívoco. Asimismo, pretenden difundir la potencialidad de la electrónica impresa para seguimiento de la trazabilidad en el sector vitivinícola y alimentario en general, especialmente a través de los resultados del proyecto. Smartlabels, según explican sus promotores, fue el segundo proyecto seleccionado en la convocatoria de ayudas en apoyo a las Agrupaciones Empresariales Innovadoras de 2020, con la mayor puntuación en su valoración entre los postulantes. El consorcio de participantes ha invertido hasta ahora más de 257.000 euros en este proyecto, que se está aún impulsando y testando en otras marcas de bebidas, aunque con la intención de exportarlo a otros sectores. Bodegas Matarromera, en la Ribera del Duero, lo ha implementado de momento en una tirada limitada del vino Melior Tempranillo, si bien fuentes de la bodega han asegurado a la Efe que están estudiando ampliarlo a la producción completa y en otras referencias del grupo empresarial. Para la bodega, esta tecnología no sólo es útil en la lucha contra la falsificación y mejora de la trazabilidad, sino que también “permite añadir nuevos elementos de valor para el consumidor, que éste interactúe con la marca, mejorando la experiencia de los usuarios y favoreciendo la difusión de la cultura del vino”. En este sentido, el consumidor puede obtener información adicional de la bodega y el vino simplemente acercando su móvil a las etiquetas inteligentes. a través de un móvil, vídeos o imágenes en 3D interactivas o cualquier otro elemento multimedia que amplíe la información del consumidor, que sólo tiene que descargarse una aplicación y dirigirla a la etiqueta para, según la bodega, disfrutar de “una experiencia única”. Más antigüedad tiene el proyecto de protección contra la falsificación de contraetiquetas implantado por el Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero. Desde 1998 esta zona de calidad ha estado invirtiendo en medidas de seguridad y en 2004 empezó a utilizar la tecnología holográfica, (similar a la que se usa en los billetes de euro). Pero fue en 2018 cuando finalizó un proceso de actualización y mejora en las contraetiquetas, incorporando la técnica Contrust Color, desarrollada por la compañía LeonhardKurz-OVD Kinegram. Se trata de un distintivo holográfico "exclusivo y único", según anunció en su momento el propio Consejo Regulador, “que permite garantizar de forma segura y fiable su control y comercialización”. La DO aseguró entonces que eran pioneros en lanzar esta tecnología al mercado y que es casi imposible la falsificación de estas contraetiquetas. De hecho, hasta ahora no se ha conocido ningún incidente en este sentido.n Únicos e infalsificables, los distintivos holográficos permiten garantizar, de forma segura y fiable, la producción y comercialización de los vinos de la DO Ribera del Duero. Las nuevas tecnologías implantadas en la etiqueta no sólo son útiles en la lucha contra la falsificación y mejora de la trazabilidad, sino que también permiten añadir nuevos elementos de valor para el consumidor Son aún contadas las bodegas en la Ribera del Duero que se atreven con las nuevas tecnologías en sus etiquetas. Aparte del proyecto de Matarromera, otra bodega ribereña perteneciente a un grupo vitivinícola, Bardos, ha implementado la realidad aumentada en algunas de sus botellas. Se trata de una herramienta que permite activar,
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