11 SECTOR Sin embargo, hay muchas botellas de vino tranquilo que tienen un peso sustancialmente mayor, de casi 1kg en algunos casos, lo que hace que el porcentaje del envase en la producción de carbono del vino se acerque al 50%, y la producción total de carbono aumente en torno al 10%. Una botella ligera reduce sustancialmente la parte del envase (aproximadamente 1 gramo de carbono por cada gramo de vidrio, dependiendo de la proporción de vidrio reciclado que se utilice) antes de cualquier ahorro en el transporte. Tal y como señala un estudio de EY, encargado por el fabricante de corcho Amorim en 2019, si se elimina la cápsula de papel de aluminio y se añade un corcho natural (y se contabiliza todo el beneficio de la captura de carbono en un bosque de corcho), se obtiene un producto cuyo envase es casi neutro en carbono. ¿Por qué cambiará esto en 2022? Figuras influyentes del sector del vino, como Jancis Robinson y Tim Atkin, llevan mucho tiempo haciendo campaña contra las botellas de vino pesadas. Ahora, este poderoso grupo de personas influyentes está reuniendo a una coalición de profesionales cada vez mayor para su causa. En esta coalición se incluyen ya los principales minoristas, que utilizarán su poder de compra (y la necesidad de cumplir sus propios objetivos de reducción de emisiones de carbono) para presionar a los proveedores para que se comprometan a utilizar vidrio ligero siempre que sea posible (el vino espumoso seguirá necesitando un vidrio más pesado para soportar la presión del gas). Desde un punto de vista más pragmático, las tensiones en la cadena de suministro global, en términos de aumento del coste de las materias primas, el incremento de los costes de combustible y transporte y la reticencia de los minoristas a repercutir los costes en los consumidores, obligarán a los productores a buscar ahorros siempre que estén disponibles. EL VINO DE LUJO TENDRÁ QUE PULIR SUS CREDENCIALES DE SOSTENIBILIDAD ¿Qué significa el lujo hoy en día? En una reunión organizada por el productor de vinos de lujo de la Provenza, Chene Bleu, Lucia van der Post, gurú del estilo y columnista del Financial Times, fue inequívoca: “El lujo tendrá que demostrar que es sostenible para atraer a los consumidores más jóvenes”. Su tesis, al igual que la de Xavier Rolet, copropietario de Chene Bleu y exdirector general de la Bolsa de Londres, era que las marcas de lujo tendrán que averiguar cómo alinear sus valores y sus acciones con los de la próxima generación de consumidores. En la práctica, esto significa comprometerse a actuar de forma sostenible, tanto en términos humanos como medioambientales. El reto para las marcas de lujo en general, y del vino de lujo en particular, es hacerlo sin comprometer la calidad del propio producto. ¿Cómo se desarrollará esto en 2022? En todo el mundo, los consumidores de vino están reduciendo el volumen y aumentando la calidad (véase también la predicción 3, más abajo), y el vino de lujo es uno de los principales beneficiarios de esta tendencia. Sin embargo, cuando la renta disponible empiece a bajar –como seguramente ocurrirá cuando la inflación empiece a mermar los ingresos de los hogares y los viajes vuelvan a abrirse por completo–, es probable que los consumidores se vuelvan más exigentes a la hora de gastar su dinero. El argumento habitual de la calidad y el patrimonio ya no será suficiente. EL TREN DE LA PREMIUMIZACIÓN SEGUIRÁ RODANDO EN 2022 Uno de los aspectos positivosmás notables de la pandemia para el sector del vino ha sido la disposición de los consumidores a dedicar el presupuesto que habrían gastado en salir y viajar a alimentos y bebidas de mayor calidad. Tras un bache inicial durante el primer periodo de confinamiento, las categorías de vino premium y superpremium –que en el contexto de EE UU significa vinos que se venden por 10-20 dólares y más por botella– se han recuperado entre un 2% y un 4% en términos de volumen en los primeros 6 meses de 2021, segúndatos de IWSR. Enel extremo superior, el índice Liv-Ex Fine Wine 100 –quemide los precios de los vinos más codiciados en el mercado secundario– alcanzó unmáximohistórico en octubre, coronando una impresionante racha de 17 meses de subidas. La tendencia a gastar un poco más ha estado con nosotros desde mucho antes de la COVID y está estrechamente relacionada con la tendencia a beber menos volumen de vino. Los datos de Wine Intelligence muestran que el 39% de los consumidores de los principales mercados de todo el mundo estánmoderando activamente su consumo, cifra que supera el 50% en mercados como los Países Bajos y Suiza. Los productores también han estado innovando y promocionando sus ofertas premium ya que los márgenes de beneficio de estos productos son más altos en comparación con los vinos de bajo precio –gracias al impacto de los impuestos de valor fijo que se aplican al alcohol por volumen–. Tres factores alimentarán el tren de la premiumización del vino en 2022: • La reticencia de algunos consumidores –sobre todo los boomers– a volver a consumir en hostelería o en viajes, por lo que reservarán una mayor parte de sus presupuestos al entretenimiento en casa.
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