Eneo26 - Técnicas, equipos y productos para la enología y la viticultura

EN PORTADA Ha estudiado biología, filosofía, enología… ¿Siempre ha tenido claro que quería dedicarse al mundo del vino? La verdad es que no. Yo crecí en Falset y siempre me habían interesado mucho los animales y las plantas, por lo que decidí estudiar Biología en Barcelona. Mientras avanzaba la carrera, me di cuenta de que la ciencia no tenía todas las respuestas que yo buscaba y que todo era demasiado cuadrado. En la universidad estudiábamos personas muy diversas, de muchos orígenes, pero a nivel formativo lo acabábamos haciendo todo igual y buscando los mismos resultados. Eso no me gustó. Me faltaba la sensación de cuestionarme cosas y de dudar de los métodos clásicos y creí que la filosofía podía ayudarme, así que tercero de Biología lo simultaneé con Filosofía. En cuarto, también empecé Enología en la Universitat Rovira i Virgili por lo que estaba estudiando tres carreras a la vez y, además, trabajando… Al final, mi único título oficial es Biología ya que del resto estudié asignaturas sueltas pero no terminé la licenciatura completa. Con todo esto, mi intención original era de todo menos dedicarme al sector del vino en la masía de mis padres, Josep Lluís Pérez y Montse Ovejero. No quería continuar con el negocio, no me interesaba nada, y por eso a los 17 me fui a Barcelona a estudiar Biología. Pero en el último curso tuve que decidir qué hacía con mi vida, así que dediqué mi tesis a un estudio relacionado con el pepino. Para ello, tenía que estar encerrada en el laboratorio horas y horas –además de seguir ayudando a mis padres en la bodega– y notaba que algo fallaba… Recuerdo perfecta- mente estar en mi casa en Barcelona, en una noche de julio de esas que hace tanto calor que es difícil dormir, y decirme a mí misma: ¿Qué estás haciendo aquí? Y al día siguiente, colgué la bata en el laboratorio y me fui a hacer vino. En 1996 hice mi primera vendimia con mi hermano, escu- chando la opinión de mi padre pero tomando nosotros mismos las decisiones finales, y fue una experiencia bru- tal. Pero fue en el 2000 cuando empecé a hacer las cosas como realmente creía que debía hacerlos y di un gran cambio en Mas Martinet, apostando por la viticultura eco- lógica. Pude conectar mi forma de entender el vino, tal vez algo holística, con mi negocio y desde entonces he ido aplicando todo aquello en lo que creo. Para muchos, el vino no es solo una profesión. Es un sentimiento, una forma de entender la vida y sus pla- ceres. Vive y trabaja en la bodega… ¿Qué es el vino para Sara Pérez? El vino es una forma de vivir. Nuestra sociedad está llena de cajitas en las que debemos encajar: estudiamos, nos dedicamos a lo que hemos estudiado, nos casamos, tene- mos hijos, los llevamos al colegio… En mi caso, desde que 11

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