VN25 - Eneo

Y es que esta viticultora indepen- diente no es solo un genio haciendo vino, lo es también en el ámbito musical: “Aunque me decanté por estudiar Ingeniería Agrónoma, a los 20 años me salió la oportunidad de ampliar mis estudios de música, espe- cializándome en violoncello a través de una beca en la Musikhochschule de Mannheim (Alemania). Como la carrera de agrónomos no me gustaba, decidí aprovechar la oportunidad e intentar ser músico de orquesta. Tuve que dedicarle muchísimas horas y me vi obligada a dejar apartada la carrera de agrónomos durante un tiempo. Finalmente, pude combi- narlo y hacer prácticas en la misma Alemania en 2008 y fue allí cuando me decanté por trabajar en el sec- tor del vino”. Tras varios años aprendiendo ale- mán y viviendo en el país germano, Casado sintió la necesidad de tener contacto directo con la tierra, con el suelo: “Me apetecía mucho trabajar fuera de la bodega y del laboratorio, tenía ganas de tocar y trabajar la tierra y cuando lo hice, me fascinó. Me gustó tanto que al terminar las prácticas en Alemania me fui a hacer un curso de agroecología y desarro- llo rural a La Habana (Cuba). Estas dos experiencias me trastocaron un poco los planes y cambiaron mi rela- ción tanto con la música como con la agricultura, ya que esta última la tenía como una obligación y en Cuba se convirtió en mi pasión. Además, en Cuba aprendí muchísimo sobre temas que realmente me importaban y que hoy en día sigo aplicando, lo que me ayuda a mantener algunas tradiciones y a no reducir el vino a algo puramente tecnológico sino a algo vivo, natural y diverso”. Julia Casado terminó su diploma- tura en Violoncello en Alemania y se matriculó en Enología en la Universidad Miguel Hernández. En 2010 consiguió una beca para reali- zar sus prácticas en Vega Sicilia y ya 63 PEQUEÑAS BODEGAS

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