VN25 - Eneo

LA OPINIÓN DEL ENÓLOGO Por eso creo que es importante la función de los comu- nicadores de todo tipo que acercan el mundo del vino al consumidor, porque realmente creo que es un sector que interesa. El vino puede ser un mundo un poco cha- pado a la antigua y necesitamos llegar al público final. Asimismo, creo que se nos machaca mucho por ser una bebida alcohólica pero es que somos algo más, no solo alcohol. El vino es cultura, hay un trabajo y una tradición detrás preciosa que necesitamos mantener y comuni- car. España ha sido un país tradicionalmente de vino a granel y el paso al embotellado ha costado, por lo que todavía no se acaba de ver como un elemento cultural. Pero lo es, 100%. Y debemos decirlo y potenciarlo ya sea a través de las tiendas, de las bodegas, de la presencia en festivales, en actos… Debemos hacernos visibles y olvi- darnos del tabú. ¿Pero como hacemos entender que el vino no puede costar lo mismo que otras bebidas? Porque el trabajo que hay detrás no es el mismo. No pode- mos comparar lo que cuesta hacer una cerveza –que en uno días la tienes– con lo que cuesta hacer una botella de vino, por lo que el precio no puede ser el mismo. Para hacer vino es necesario tiempo… Como mínimo hablamos de un año de trabajo para cumplir con el ciclo vegetativo de la planta y eso debe recompensarse. Es conocida por su reivindicación del papel de la mujer en el sector. Parece que no dejar de crecer pero, ¿es suficiente? Todavía no. Siempre ha habido mujeres en el mundo del vino, ya sea vendimiando, seleccionando uvas, en el labo- ratorio, en la bodega… Pero nunca teníamos la visibilidad que nos merecíamos. De aquí nació el proyecto de Las Mujeres del Vino. Formo parte de este sector desde muy pequeña, he pasado por muchos trabajos y siempre he visto mucho hombre al mando. Afortunadamente, poco a poco he vivido como ha ido creciendo la presencia de mujeres en varios departamentos pero necesitamos más. Los que toman las decisiones o tienes voces respe- tadas siguen siendo, en su mayoría, hombres. Y cuando son mujeres, siempre son más o menos las mismas. Esto tiene que cambiar y creo que, aunque despacio, lo esta- mos consiguiendo. En el Priorat tenemos un suelo y un clima muy especiales: los terrenos empinados, la pizarra en la tierra, la meteorología… Incluso entre el Montsant y el Priorat, que están prácticamente pegados, todo es diferente y es algo que no se entiende hasta que se visita personalmente y se ve 46

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx