VN25 - Eneo

ENOLOGÍA Con ello demostramos que en TDI la investigación es muy importante. Aplicamos el I+D en todos los depar- tamentos, no solo en los reactivos. Las máquinas se van mejorando, se incluyen nuevas tecnologías ópticas, se actualizan métodos constantemente… El apoyo que se da a la investigación desde gerencia es total. En su opinión, ¿cuáles son los equipos que no pueden faltarle a un enólogo en la bodega o en el laboratorio? Un analizador químico es indispensable. Si bien es cierto que cuando la uva llega a la bodega se suelen medir los grados Brix y, como mucho, el pH y la acidez –algo que se puede hacer de forma manual o automática–, si no conti- nuas con un análisis de otros parámetros químicos –como los azúcares o la maloláctica en vino tinto– ya no podrás controlar el proceso posterior y puedes encontrarte con problemas irreparables en el momento del embotellado. Por ello, hoy es imprescindible contar con al menos un pequeño analizador químico, que es ideal para las bode- gas más chicas. Si no es posible, se debe contar con el servicio de los laboratorios químicos para que puedan medirse aspectos básicos como la glucosa, la fructosa, el ácido láctico y el málico durante la segunda fermen- tación y el nivel de dióxido de azufre libre y total. Por supuesto, según la versatilidad que desee cada enólogo se pueden analizar más o menos parámetros, pero hay requisitos básicos que deberían ser imprescindibles. Una gran ventaja de los equipos de TDI es que no necesitan que quien los gestiona tenga grandes conocimientos de química ya que funcionan de forma automática. ¿Cree que las bodegas españolas, en general, cuen- tan con equipos propios? Depende de su tamaño. Las bodegas más pequeñas tie- nen más dificultades porque solo necesitan realizar, por ejemplo, 5 análisis al día y comprar un equipo no les sale del todo rentable… Para eso están los laboratorios. En el caso de las bodegas medianas y grandes, me atrevería a aventurar que todas cuentan con equipos propios. Si no los tienen, están perdiendo tiempo y dinero. Algunos enólogos se preguntan en qué puede ayu- dar un sistema analítico propio a la bodega. ¿Cuál es la respuesta? La mayor ventaja es el tiempo. La toma de muestras, el envío al laboratorio, el análisis en el propio laboratorio, el traslado… Entre 24 y 48 horas es el tiempo mínimo en el que el laboratorio puede ofrecer la respuesta. Si se nece- sitan tomar decisiones de forma rápida y ágil, 24 horas es mucho tiempo y puede significar la pérdida de un tan- que entero de producto, por ejemplo. Así, contar con un sistema propio en la bodega permite ahorrar tiempo y ser capaz de dar respuestas de una forma rápida: el más lento de nuestros análisis en los equipos Miura tarda 12 minutos en dar resultado. El Miura 200 2 Brazos es la gran novedad de TDI en 2021. 18

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