VN24 - Técnicas, equipos y productos para la enología y la viticultura

LA OPINIÓN DEL ENÓLOGO a media jornada como farmacéutica, lo que me per- mitió cursar un Master en Viticultura y Enología por las tardes. Debo reconocer que en esos momentos sentía que me venía todo grande porque yo no tenía relación ninguna con el campo, todo era nuevo para mi… Pero me gustaba muchísimo. Uno de los profesores del Master, también de Girona, me ofreció un puesto de ayudante en una bodega del Alt Empordà… y hasta hoy. ¿Y qué le llevó a Sanlúcar de Barrameda? Un anuncio de un periódico. Bodegas Barbadillo bus- caba a alguien para iniciar un proyecto de I+D, apliqué y me seleccionaron. Inicialmente vine para 3 meses y ya han pasado 23 años… Cuando llegué no sabía nada de Jerez, todo era muy distinto a lo que conocía. En ese momento Barbadillo ya tenía su vino blanco Palomino y estaban desarrollando otras variedades blancas. Estaban empezando también con las tintas y, precisamente por eso, encajé. Supongo que buscaban a alguien que no fuera de la zona para desarrollar vinos tranquilos. Además, encajé muy bien con el director técnico y eso me ayudó mucho. Desde entonces, no he dejado de aprender y eso es gracias a todos mis compañeros. Trabaja en la tierra por excelencia de los vinos genero- sos de España. ¿Qué hace tan especial a esta tipología de vino? Son vinos difíciles y hay que entenderlos. No son vinos inmediatos, necesitan un proceso de aprendizaje previo para encontrarles el punto. Para mi son como el cho- colate amargo, que te gusta cuando eres más mayor y tienes un gusto más evolucionado. En este sentido, ¿cree que gozan del reconocimiento que merecen? Creo que las personas que han hecho un primer paso por querer entenderlos, los valoran mucho. De hecho, hay gente que viene a la bodega y nos dice que el gran nivel de satisfacción que sienten cuando prueban este tipo de vino no tiene nada que ver al que logran con otros. También sucede en la alta gastronomía… Los gran- des restaurantes con Estrella Michelin siempre cuentan con estos vinos porque su concentración y su poten- cia de sabor no tienen comparación. Su intensidad te embriaga y eso requiere un proceso de adaptación. Para mí, lo más importante es su versatilidad. Hay tanta variedad… Combinan con todo, desde los maridajes de mayor calidad hasta los alimentos típicos de Cádiz. Son una maravilla. Sí que es cierto que algunas personas tienen cierta reticencia a beberlos por su grado alcohólico… Pero ya nos estamos encontrando vinos tintos con 15 o 16º de alcohol, por lo que ya no es algo excepcional. Creo que, por todo esto, es importante decirles a quie- nes les gusta el vino pero no se atreven con los vinos Bodega La Catedral Arboledilla. 39

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