15 E-COMMERCE Y ÚLTIMA MILLA Paralelamente, las Administraciones públicas tienen un papel fundamental como organismo regulador –y también sancionador– para promover y garantizar que la movilidad en las ciudades sea sostenible. En el ámbito de la legislación en la distribución urbana de mercancías y en la última milla del e-commerce, en España, las limitaciones en las ciudades se van a incrementar, ya que las poblaciones con más de 50.000 habitantes deberán crear una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) antes de 2023. Muchos ayuntamientos ya han fijado y están aplicando estas nuevas normativas que impiden la entrada y circulación en las ciudades de aquellos vehículos contaminantes y que no disponen de un distintivo de bajas o cero emisiones. Estas restricciones se han implementado porque se prevé que las emisiones de CO2 provocadas por los vehículos de transporte de mercancías crezcan un 32% hasta 2030 si no se aplican restricciones. ¿COLABORAR PARA HACER LA ÚLTIMA MILLA MÁS EFICIENTE Y SOSTENIBLE? Las soluciones colaborativas son las que pueden también contribuir a que la última milla del e-commerce sea más sostenible. Esta colaboración debe darse entre operadores, empresas, ciudadanos y administraciones públicas. Los planes urbanísticos y de movilidad deben proyectarse con la participación de estos tres eslabones, contando especialmente con la opinión del sector logístico porque es el mejor conocedor de las dificultades existentes en el día a día. Asimismo, la Administración debe favorecer, a través del diálogo y no de la imposición o la penalización, aquellos mecanismos y procesos de transformación y modernización de la logística, especialmente en la última milla. En el caso de los operadores logísticos, y porque la tecnología lo permite, podrían establecerse colaboraciones para evitar duplicar rutas y aprovechar al máximo la carga de los vehículos (en muchas ocasiones van medio vacíos). Por lo que respecta al ciudadano, debe concienciarse que forma parte de la cadena logística y, en el caso de sus compras online, debe desarrollar nuevos hábitos como, por ejemplo, desplazarse para recoger un paquete, evitar las devoluciones innecesarias (comprar lo estrictamente necesario), ser más flexible en cuanto a los días y horarios de entrega e, incluso, estar dispuesto a pagar un poco más y optar por soluciones de última milla más social y medioambientalmente sostenibles. n
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