TZ10 - Logística Integrada

MÁS NOTICIAS DEL SECTOR EN: WWW.INTEREMPRESAS.NET • SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER MERCADO 60 Indupavi presenta la solución definitiva para las superficies de hormigón Indupavi, empresa española experta en instalaciones de suelos para todo tipo de industrias (empresas de logística, farmacia, industria cárnica, naves industriales, etc.), informa sobre las ventajas de sus tratamientos. Un silicato de sodio es un compuesto que reacciona químicamente con los hidróxidos de calcio presentes en el hormigón y que, al cabo de 36 días, forma cristales en los poros de éste, aportando una serie de ventajas. Es un tratamiento definitivo, que no necesita ningún tipo de mantenimiento. Dependiendo de la porosidad del hormigón, esta cristalización se produce entre 10 y 40 mm de profundidad. Por ello, se puede aplicar sobre hormigón deteriorado, hormigón viejo, hormigón nuevo (menos de 28 días) y hormigón recién ejecutado. Este tratamiento evita la degradación por el efecto hielo-deshielo. Cuando el agua penetra en los poros del hormigón y la temperatura cae por debajo de los 0 °C, ésta se congela, aumentando un 9%-11% su volumen. Este proceso repetido múltiples veces rompe el hormigón, generando degradación de manera exponencial. Si con el silicato de sodio cerramos el poro con los cristales, el agua no penetra, por lo que no se puede formar hielo y no puede dañar el hormigón. Asimismo, evita la degradación por el efecto ion cloruro (sales de deshielo). Cuando hay heladas se echa sal sobre los pavimentos. Esta sal para 'derretir' el hielo, 'roba' calor al hormigón, generando un diferencial térmico entre la superficie del hormigón y su interior, de hasta 14 ºC, generando tensiones que pueden crear microfisuras en el hormigón. Además, el ión cloruro provoca oxidación de las armaduras (al oxidarse aumentan de volumen rompiendo el hormigón). También, evita el ataque por los sulfatos del mar (ambiente marino). Al igual que en el caso anterior, existe una reacción química entre los sulfatos y el hormigón (principalmente con la porlandita), generando yesos expansivos que rompen el hormigón superficialmente, dejándolo cada vez más poroso. Protege el hormigón armado contra la carbonatación. La carbonatación es el cambio del pH del hormigón y, por tanto, desprotección de las armaduras que se oxidan antes. Mejora la resistencia a impacto y a desgaste del hormigón un 30%. Sustituye las capas de cuarzo-corindón en los hormigones nuevos. Por tanto, reducimos el riesgo de que aparezcan las típicas patologías de la aplicación de la capa de endurecido de cuarzo-corindón: exceso de agua de hidratación de la capa, escasez de agua de hidratación de la capa, delaminaciones, microfisuración y fisuración por retracción, diferencias de espesor de capa, engaño en la cantidad utilizada por el aplicador, etc. Asimismo, consolida los hormigones en mal estado, evitando que avance su degradación y el desprendimiento

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