La movilidad sostenible es la piedra angular de la transición energética en el transporte. Parece que las marcas de automoción, empujadas por los políticos y su hoja de ruta hacia la descarbonización del transporte por carretera en 2050, han centrado sus esfuerzos en presentar los camiones eléctricos como la solución más viable y eficiente para el sector logístico. Es más, el sector europeo de camiones ha expresado su propósito unánime de dejar de emplear combustibles fósiles para sus vehículos comerciales a partir de 2040, y precisamente, este 2024 marcará un punto de inflexión en la producción y la venta de modelos que recorrerán nuestras carreteras. Puesto que, según afirman desde la Unión Europea, el transporte por carretera es responsable del 25 % de las emisiones de CO2, y del 6 % de los gases de efecto invernadero, además de consumir un tercio del total de la energía que se gasta. Todavía en desarrollo para el transporte de larga distancia, los camiones eléctricos alimentados por baterías recargables parecen haberse consolidado como la solución más apropiada para la distribución urbana e interurbana. Los camiones totalmente eléctricos no producen emisiones directas de gases de efecto invernadero mientras van del punto A al punto B, lo que contribuye a la reducción de la contaminación del aire y al impacto ambiental. Sin embargo, sus efectos en el entorno dependen de con qué tipo de energía se haya generado la electricidad (renovable o no renovable). La electrificación del transporte El transporte por carretera se enfrenta a dos grandes retos, la contaminación medioambiental y la dependencia de los combustibles fósiles. Conseguir una autonomía energética con la electrificación de los vehículos pesados es el gran objetivo para los constructores del sector. Míriam Ballesta LOS CAMIONES ELÉCTRICOS DE BATERÍAS PARECEN SER LA SOLUCIÓN MÁS APROPIADA PARA LA DISTRIBUCIÓN URBANA 34 VEHÍCULOS INDUSTRIALES 'CERO EMISIONES'
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