Tierras Vacuno_TV6

REPRODUCCIÓN largos periodos de tiempo (Foote 2002). Esta técnica ha permitido una rápida difusión de características genéticas deseables y una mejora significativa en la productividad de carne y leche. Por otro lado, la PIV, que incluye la fecundación in vitro (FIV) y el posterior cultivo embrionario in vitro, se ha convertido en una herramienta crucial para multiplicar el material genético del ganado de alta calidad genética (Rabel et al. 2023). Este proceso implica la obtención de ovocitos, a partir de ovarios obtenidos en el matadero o mediante la aspiración de ovocitos de las hembras donantes (técnica conocida como ovum pick up u OPU), que serán fecundados en laboratorio con semen de animales valiosos genéticamente y el cultivo de los embriones resultantes, de los cuales se puede hacer una biopsia para estudiar el potencial genético del embrión. Finalmente, los embriones se vitrifican mediante un procedimiento específico de congelación para almacenarse en nitrógeno líquido hasta su uso. Posteriormente, la TE permite que los embriones producidos y recogidos de una hembra donante, o los embriones producidos in vitro sean transferidos a hembras receptoras. La aplicación de estas técnicas de PIV permite utilizar gametos de animales de alto valor genético tanto del toro como de la vaca y posibilita la obtención de múltiples embriones de una sola hembra donante en un ciclo, lo que aumenta significativamente su capacidad reproductiva. También favorece una selección más rigurosa de embriones antes de la transferencia, lo que incrementa las probabilidades de obtener crías de alto valor genético. A pesar de las ventajas que el uso de estas técnicas complejas ofrece, también presentan algunas limitaciones como la necesidad de instalaciones especializadas, equipo costoso y personal altamente capacitado. Una cuestión que preocupa a la comunidad científica y que aún no ha sido completamente resuelta, es conocer si los animales derivados de las técnicas de PIV pueden presentar diferencias en algunos parámetros fisiológicos y de salud en comparación con los obtenidos mediante IA. En el caso del ganado bovino, muy pocos son los estudios que comparan animales derivados de PIV con los derivados de IA centrados en los parámetros de bioquímica sanguínea (Chavatte-Palmer et al. 2002; Rérat et al. 2005), y a menudo solo incluyen datos sobre los primeros días de vida de los terneros (Sangild et al. 2000) o hasta el primer año de vida (Lopes et al. 2022). Sin embargo, debido a la larga esperanza de vida del ganado bovino, especialmente en el caso de las vacas nodrizas, se requieren estudios a más largo plazo que confirmen los resultados. Nuestro grupo ha descrito previamente diferencias en el primer año de vida entre animales derivados de embriones PIV, posteriormente vitrificados y transferidos a una hembra receptora, de aquellos animales derivados de IA para algunos parámetros de bioquímica sanguínea (Lopes et al. 2022). El objetivo de este trabajo es estudiar si existen diferencias en los parámetros de bioquímica sanguínea en animales adultos comprendidos entre 1,5 y 4 años de edad. MATERIAL Y MÉTODOS Este estudio fue revisado y aprobado por el Comité Ético de Experimentación Animal de la Universidad de Murcia y la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca de la de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (Ref. CARM A132141002) de acuerdo con el Real Decreto 53/2013, de 1 de febrero, por el que se establecen las normas básicas aplicables para la protección de los animales utilizados en experimentación y otros fines científicos, incluyendo la docencia. Animales En las instalaciones de la Granja Docente Veterinaria de la Universidad de Murcia se mantuvo un grupo de bovinos, y los animales se alojaron en corrales separados, hembras y machos. Todos ellos dispusieron de agua ad libitum y fueron alimentados con una mezcla de cereales y paja (15,5% de proteína bruta, 2,10% de grasa bruta, 9,30% de fibra bruta, 7,90% de ceniza bruta, 1,40% de calcio, 0,51% de fósforo y 0,41% de sodio). Ovocitos bovinos maduros. (Imagen propiedad de la Universidad de Murcia). Embrión bovino eclosionando, es decir, saliendo de la zona pelúcida para entrar en contacto con la pared uterina. (Imagen propiedad de la Universidad de Murcia) Embrión bovino en estadio de blastocisto fijado y teñido con Hoechst para poder realizar el recuento del total de células. (Imagen propiedad de la Universidad de Murcia). 51

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