ALIMENTACIÓN 38 RESULTADOS El nivel de alimentación durante el último tercio de gestación afectó a la CC de las vacas al parto (3,3 vs. 2,9 para los lotes de 100 y 60% respectivamente; p < 0,001), no así la inclusión de hidroxitirosol (3,1 vs. 3,0 para los lotes Control y HT respectivamente; p>0,05). De igual manera, el nivel de alimentación también afectó al PV al parto (665 vs. 618 kg para 100% y 60%, respectivamente; p<0,001). A pesar de que todos los animales recibieron la misma dieta del parto en adelante, en el momento de la IA (media de 73 días post-parto) aún se mantenían diferencias significativas en el PV en función del nivel de alimentación (634 vs. 605 kg, para 100 y 60%, p < 0,05). En el caso de la CC a la IA, se observó una interacción entre el nivel de alimentación y el HT (3,0ab; 3,1a, 2,8bc y 2,6c para 100-HT, 100-Control, 60-HT y 60-Control; p < 0,05), lo que sugiere que el HT pudo haber atenuado de alguna manera los efectos de la subnutrición previa al parto. El HT y los derivados del aceite de oliva han demostrado tener un efecto en el metabolismo lipídico en otras especies (Rigacci y Stefani, 2016; Laviano et al., 2023), aunque desconocemos cuál podría ser el mecanismo implicado en nuestro estudio. En cuanto a la fertilidad, no hubo diferencias significativas en la tasa de preñez según el nivel de alimentación (67,6% (25/37) vs. 57,8% (26/45), para 100 y 60%, p > 0,05) ni la adición de hidroxitirosol (65,9% (27/41) vs. 58,5% (24/41), para Control y HT, p > 0,05). Estos resultados siguen la misma línea que los obtenidos por MacíasCruz et al. (2017) en ovino, en los que una subnutrición del 60% alrededor de la época de cubrición tuvo efectos en los niveles de progesterona, pero no alteró la tasa de preñez. Los resultados obtenidos en este ensayo nos indican que, ante un reto metabólico, los animales con suficientes reservas son capaces de movilizarlas, haciendo que la función reproductiva no se vea afectada. De forma similar, Carvalho et al. (2022) describieron cómo afectaba a la siguiente cubrición la variación de la CC durante el posparto en función de si las vacas partían de una CC buena (CC ≥ 5, escala 1-9) o una CC deficiente (CC < 5) en el momento del parto. En el caso de las vacas con una buena CC, no hubo diferencias en la fertilidad, independientemente de que ganaran, perdieran o mantuvieran CC después del parto. Sin embargo, en el grupo de vacas con una CC deficiente, se observó una mayor fertilidad en aquellas vacas que estaban ganando o manteniendo CC con respecto a las que estaban perdiendo. En nuestro estudio tampoco se observaron diferencias en la tasa de preñez en función del resto de parámetros analizados, tales como la raza, el toro, la expresión de celo el día anterior de la IA o la expresión de celo el día de la IA. CONCLUSIÓN Del estudio realizado en nuestras condiciones experimentales podemos concluir que la subnutrición y la suplementación con hidroxitirosol aplicadas Colocación de dispositivo intravaginal de progesterona. Ejemplares de Parda de Montaña y Pirenaica.
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