PRODUCCIÓN 21 Ana Rodríguez, junto a otros miembros del equipo ministerial, en una reunión con las comunidades autónomas sobre la PAC. años el nivel máximo permitido de emisiones de amoniaco (techo) contemplado para nuestro país, y con unas perspectivas poco optimistas a la vista de la reducción de los techos establecida en la normativa europea y la evolución alcista de la producción en este sector. La aplicación de medidas específicas para la reducción de este tipo de contaminación así como la mejora de los sistemas de monitorización de estas medidas, a través de la implantación de la herramienta ECOGAN, ha sido un ejercicio exigente pero que ha tenido sus frutos: el sector ha sido capaz de revertir esta tendencia: hoy podemos afirmar que el sector porcino está reduciendo su nivel de emisión de amoniaco, que además se sitúan dentro de los niveles permitidos por la normativa, y eso permite una mayor eficiencia productiva. Ese es un mensaje que entre todos debemos trasladar a la sociedad. Por su amplitud, la norma ofrece mejoras en la convivencia e imagen del sector en muchos otros ámbitos, como el de la ubicación de las granjas, la gestión de estiércoles o la mejora en las condiciones de supervisión y control de las granjas. Como en el caso anterior, el sector debe, además de cumplir con la norma, transmitir ese esfuerzo a la sociedad con el fin de mejorar su imagen y la aceptación social, siempre a través de la convivencia con el medio rural que aloja a nuestras granjas. Ante la evolución del mercado chino, por ejemplo, ¿cómo planea el Ministerio fortalecer la competitividad internacional del sector porcino español y aprovechar oportunidades en los mercados internacionales? Se ha mencionado anteriormente, el sector cuenta con un acceso privilegiado a los mercados exteriores a través de una normativa de ordenación que establece un nivel sanitario muy elevado. Esta situación permite al sector desarrollar su trabajo a través de su acceso a multitud de mercados exteriores, que ya se aproximan a 150. Esta flexibilidad, que no está basada sino en el elevado nivel sanitario, productivo y tecnológico de nuestro sector, le ha permitido adaptarse a coyunturas de mercado tan complejas como las que han marcado los flujos comerciales en los últimos años: el COVID-19, la guerra de Ucrania, la evolución de la PPA, no han supuesto sino la reafirmación de la capacidad de este sector de acceder a mercados de gran exigencia en condiciones muy diversas. Sin embargo, la evolución de la situación sanitaria en Europa no invita precisamente a la relajación. Hemos comprobado como la PPA es capaz de saltar largas distancias a través de vectores, en los que el ser humano es posiblemente el más peligroso. A nivel sanitario es necesario garantizar una bioseguridad muy elevada en todos los elementos que influyen en la sanidad de las granjas, fortaleciendo en particular uno de los pilares de la normativa de ordenación: la formación de los profesionales en contacto con los animales. Esta debe ser una vía no solo para proteger al sector y mejorar su competitividad, sino para dignificar la imagen de una profesión, la de porcicultor, que no es sino una responsabilidad con un elevado grado de especialización. Dentro de la necesidad que este sector tiene de fortalecer su competitividad y su imagen, el personal debe ser un argumento capital. Desde su responsabilidad, ¿qué proponen para aliviar el cuello de botella que se está produciendo en el sector del aceite de oliva con la subida de precios en origen y la caída del stock? El olivar se ha enfrentado a dos campañas consecutivas complicadas caracterizadas por unos altos precios debido a la baja producción, unidas a un buen comportamiento de la comercialización que ha motivado la caída de existencias.
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