Tierras Vacuno_TV6

PRODUCCIÓN 18 Ante este contexto, el sector ha ido evolucionando sobre una tónica de descenso de efectivos productores, no solo de explotaciones sino también de animales, derivando en un menor volumen de producción. Según SITRAN, desde enero 2020 hasta hoy el número de explotaciones bovinas de tipo producción se habría reducido en torno a un 10 %, acompañado de un descenso del censo bovino total del 4 % respecto a 2020 y una caída en el número de nodrizas del 3 %. Para producciones ganaderas con las características del bovino, especialmente en la carne, sustentadas en ciclos de producción más largos y menos flexibles a eventos de mercado que otras producciones como la aviar o el porcino, la reestructuración es un proceso lento, tardando en manifestarse sus esfuerzos de adaptación a la demanda existente. Demanda que mantiene una tendencia descendente a nivel interno (que se ha acentuado aún más este último año principalmente a causa de la inflación y los elevados precios al consumidor) y que solo se puede compensar con la demanda externa (que se ha visto afectada en este último año por el encarecimiento de los costes de envío fuera de nuestro país). A día de hoy es precisamente el comercio exterior el que permite mantener el equilibrio en los precios de venta y dar cierta estabilidad a la actividad, por lo que el sector mantiene un trabajo constante en la apertura de mercados exteriores y cada vez más adapta su producción a estas necesidades. Desde nuestro departamento monitorizamos estrechamente la evolución y comportamiento del mercado de las producciones bovinas en España, donde hoy compartimos una tónica que ya venía manifestándose en otros vecinos comunitarios productores, como Francia o Alemania. Con este seguimiento continuo podemos analizar la evolución de la situación y determinar si la caída de censos es coyuntural o continua y su influencia directa en el sector. Sector porcino. Su caso es diferente, ya que está severamente condicionado por los cambios en los flujos comerciales mundiales, muy condicionados por la situación de la cabaña porcina, particularmente en relación con la Peste Porcina Africana (PPA). La situación producida por la llegada de esta enfermedad y su rápida distribución por todo el sudeste asiático implicó un crecimiento exponencial de la demanda en este territorio, y particularmente en China, primer país productor y consumidor de porcino a nivel mundial. La situación sanitaria en Europa alteró igualmente la oferta, con la extensión de la PPA no solo por los países del este de la UE, sino por potencias productoras como Bélgica, Italia y, sobre todo, Alemania. Esta 'tormenta perfecta' reforzó el papel de España como principal productor europeo y primer exportador, muy asentado en los mercados asiáticos en general y en el chino en particular. Como consecuencia, se produjo un incremento de las exportaciones, que alcanzaron valores récord en el período 2019-2021, que vino aparejado de un incremento productivo y a nivel censal quizás más acorde a una situación coyuntural, ligado más a una situación excepcional de mercado, que a un incremento estructural que respondiera a un incremento orgánico de la demanda. En consecuencia, la normalización del mercado asiático y la consecuente reducción de la demanda en este territorio ha llevado aparejada una reducción de las exportaciones, en primer término, y una reducción de la producción en segundo término, si bien en este caso debemos hablar de una reducción bastante moderada, que alcanzó un 1,1 % en censo a finales del año pasado, pero en la última encuesta censal parece tender de nuevo a la estabilidad. El sector ganadero vive una reconversión estructural. "La coyuntura de mercado ha afectado de manera muy diferente a los diversos sectores ganaderos, en función de su capacidad de repercutir los elevados costes de producción, así como de la evolución de la demanda interna y externa"

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