SANIDAD 18 Actividad formativa de la Asociación Profesional de Pedicura Bovina (APPB). ¿Qué actividades desarrolla la asociación? A día de hoy, hacemos colaboraciones con Conafe en el curso I-SAP. Se firmó un acuerdo de colaboración para este curso, el congreso mundial que organiza ANKA Summer School, dentro del que se organizó el año pasado el primer Campeonato Mundial de Recorte de Pezuñas en el que participaron 17 países, que por cierto ganó un socio de la APPB, artículos divulgativos… Con el sistema Roms (sistema de calificación de movilidad ingles) tenemos un acuerdo de exclusividad para la península ibérica. Ya contamos con tres formadores Roms para poder realizar los cursos y a día de hoy unos quince calificadores para poder auditar el nivel de cojeras de las granjas. En este próximo mes de junio tendremos el primer curso de reciclaje organizado por nosotros, y solo para socios de la APPB. Será un curso muy completo en el que tendremos profesores de primer nivel mundial. Todas sus partes serán evaluadas y se entregará un diploma y una distinción a todos aquellos que pasen la prueba. Esto es algo pendiente que teníamos en la junta y la idea es que a partir de este primer curso se haga recurrente cada dos años. Un concurso de manejo sin estrés que ya va por su cuarta edición, donde cualquier socio puede participar enviando un vídeo de manejo sin estrés, que se publica en el facebook de la asociación y el más votado es el ganador. ¿Cuáles son las consecuencias productivas y económicas de una buena salud podal en las vacas de leche? ¿Qué repercusiones puede tener en una explotación una mala podología de sus animales? Tenemos que tener en cuenta que, a nivel mundial, la salud podal está entre las tres primeras causas de descarte temprano en granjas. Hay más consecuencias que las productiva, reproductiva, condición corporal… y todas acaban teniendo repercusión económica. Hay algunos estudios que sitúan las cifras de coste de una cojera entre los 250 euros y los 450 euros, lo que dependerá de si la cojera es leve o severa, de la rapidez con la que sea atendida… La primera pérdida afecta a la producción, la vaca pierde movilidad y con ello deja de comer, beber cuando lo necesita y, por lo tanto, merma su producción, pierde condición corporal y tiene más riesgos de sufrir otras patologías derivadas de la cojera. ¿Ha aumentado el interés de los ganaderos en los últimos años por la podología bovina? ¿Se trabaja cada vez más en mejorar estos aspectos? Sí, en los últimos años y gracias al gran trabajo realizado por los profesionales del sector y la propia asociación, hemos conseguido poner en valor la podología bovina. También influyó la profesionalización de las ganaderías. Recuerdo hace 28 años, cuando yo empecé a trabajar en podología, las cosas eran muy diferentes. Se hacía más curación que prevención y pocos eran los ganaderos que de verdad estaban concienciados de que tenían que hacer podología preventiva en sus granjas. A día de hoy, es al revés. Hay pocos ganaderos que no estén convencidos de los beneficios que supone la podología preventiva. ¿Qué protocolos se pueden llevar a cabo en las explotaciones para la prevención de los problemas podales? El manejo en general afecta a la salud podal, por eso debemos hacer mucho asesoramiento en protocolo de pediluvio, los tiempos en sala de espera para el ordeño, el llenado de las camas, la limpieza, espacio suficiente, los bebederos, el arrimado de comida…
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