TV3 - Tierras Vacuno

BIENESTAR 31 la reducción de gestaciones dobles y en nombre de vacas repetidoras, entre otros (Garcia-Ispierto & López-Gatius, 2021). Su uso para mejorar la genética de los rebaños de las vacas de alta producción lechera está creciendo exponencialmente en los últimos años. Presenta la ventaja de reducir el intervalo generacional y aumentar la selección de los animales de mayor valor genético, pero también se plantea como una técnica para incrementar el rendimiento de aquellas vacas de menor valor genético a partir de la TE de razas cárnicas. Este cruce presenta más distancia genética con la vaca receptora de raza lechera y, supone un factor de protección de la gestación. Durante la época de estrés por calor, las gestaciones de las vacas de alta producción lechera se ven afectadas y, a consecuencia, la fertilidad es reducida. Por este motivo es importante abordarlo desde una perspectiva terapéutica con esta técnica de TE o ‘embrioterapia’. Ya que el ovocito y las fases embrionarias iniciales se pueden ver dañadas por el estrés térmico, realizar la transferencia de un embrión en estadio de blastocisto, minimiza los efectos producidos por el estrés por calor. No es hasta esta etapa que el embrión adquiere más resistencia a la elevada temperatura y, por lo tanto, el riesgo de interrupción de la gestación es menor. Al utilizar la ‘embrioterapia’, los problemas asociados con la fertilización y la calidad de los ovocitos son menores (Baruselli et al., 2020). ETAPAS DE LA TE Es un proceso que depende de una serie de fases secuenciales que se deben tener en cuenta para evitar influir negativamente en los resultados de la técnica. Se inicia con la selección de la hembra donante, la cual tiene que ser libre de cualquier enfermedad antes de ser superovulada y, convenientemente, de un valor genético y productivo elevado para transmitir la mejor genética. A continuación, se realiza una pre-sincronización de estas vacas para asegurar que existe un cuerpo lúteo (CL) y así establecer un punto inicial de forma sencilla. El protocolo de superovulación hace que aumente el número de folículos que ovulan por ciclo, permitiendo la fertilización de múltiples ovocitos a la vez y, consecuentemente, la producción de varios embriones. Actualmente, el protocolo recomendado en hembras donantes de elevada producción lechera se inicia con la colocación de un dispositivo intravaginal liberador de P4 llamado CIDR. Dos días después, se aplica una inyección de GnRH y, a partir del día 4, se administran dosis decrecientes de FSH cada 12 h durante 4 días consecutivos. En llegar al día 7 y, después de 8 inyecciones de FSH, se aplican dos inyecciones de prostaglandina (PGF2α) en intervalo de 12 h para hacer regresar el CL. En el momento de la segunda inyección, se hace la extracción del dispositivo CIDR (Lamb et al., 2019). En este momento, el celo será manifestado y se podrá realizar la inseminación artificial en el momento óptimo para que los embriones empiecen su desarrollo en el útero de la hembra donante hasta ser recuperados a partir de la técnica de ‘flushing’ el día 7 del ciclo reproductivo. La tasa de recuperación depende de diferentes factores: de la persona que realiza la técnica, de la posición de los embriones en el útero, del tiempo de recuperación, de la viabilidad del embrión, entre otros. En este caso, los embriones son producidos in vivo, recuperados y transferidos a las vacas receptoras, pero también se pueden producir embriones in vitro para después ser transferidos. Los embriones producidos in vitro pueden provenir de ovocitos recogidos en hembras superovuladas, de ovarios extirpados in vivo o bien, de ovarios provenientes de matadero. Esta última técnica permite abaratar costes y paliar el gran gasto económico que puede suponer la TE. Una vez obtenidos los embriones, tanto procedentes in vivo como in vitro, se evalúan y clasifican mediante un examen morfológico para escoger los de mejor calidad para ser transferidos a las hembras receptoras seleccionadas para la TE. La selección de la hembra receptora es un aspecto muy importante en el programa de TE. Los criterios de selección se basan en el estado fisiológico y la salud de la hembra, el buen estado reproductivo, la ausencia de alteraciones reproductivas y la compatibilidad con la donante en cuanto a tamaño del feto y fácil sincronización del celo. El objetivo es maximizar la supervivencia del embrión transferido y, por lo tanto, el ambiente uterino de la receptora tiene que ser similar al de la donante. Una vez pasadas todas estas etapas y, tenemos a la hembra receptora seleccionada, se procede a realizar la TE para dar lugar a una gestación completa. Figura 3. Representación del protocolo de superovulación más utilizado actualmente a partir de la administración del dispositivo CIDR y la aplicación de las hormonas GnRH, FSH i PGF2α en los momentos indicados. En finalizar estas administraciones, se detecta el celo, se insemina a la vaca donante y, se recuperan los embriones a partir de la técnica de ‘flushing’ (Lamb et al., 2019).

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