TV2 - Tierras Vacuno

REPRODUCCIÓN 26 Además, este trabajo nos permitió comprobar que la mayor parte de los oviductos que presentaban algún tipo de obstrucción no tenían ninguna alteración macroscópica que nos permitiese descubrirlos a simple vista y que evidentemente pasarían desapercibidos en una exploración en un animal in vivo. Esto nos hizo pensar que esta alteración podría tener gran relevancia en el síndrome de repetición de celos. Sin embargo, esta experiencia fue realizada con piezas de matadero y procedían de animales que habían sido eliminados o bien por su edad, o por presentar algún tipo de patología. Por ello, intentamos desarrollar una técnica de campo sencilla que nos permitiese diagnosticar problemas de permeabilidad oviductal a nivel de granja. Fruto de esta inquietud, en el año 2019 realizamos una experiencia consistente en introducir un colorante (Rojo Fenol) en el interior del útero de las vacas que presentaban síndrome de repetición de celos. Cuando nos encontrábamos con un animal con los oviductos permeables, este colorante atravesaba el oviducto y rápidamente era eliminado por la orina, tiñendo esta de color rojo. Por contra, cuando existían problemas de obstrucción oviductal, la cantidad de tinte recogido sería menor o inexistente (en el caso de alteraciones bilaterales). La conclusión de este estudio fue que, en al menos un 13% de las vacas con síndrome de repetición de celos, existía un grave problema de permeabilidad oviductal. Esta cifra es suficientemente importante como para que sea recomendable realizar pruebas de permeabilidad oviductal en vacas 'Repeat Breeding'. De todas formas, es evidente que determinar la causa que provoca que una vaca tenga Síndrome de Repetición de Celos no siempre es sencillo, por lo que desde un punto de vista práctico parece fundamental conocer cuáles pueden ser los factores que pueden incrementar el riesgo de padecerla. Para ello, en cuatro explotaciones de Cantabria, nuestro equipo de investigación recogió datos de 607 vacas de raza Holstein, de las cuales 167 fueron consideradas como animales con Síndrome de Repetición de Celos. Para poder evaluar cuáles eran los factores de riesgo, se recogió información sobre la pérdida de Condición Corporal (CC) de los animales tras el parto, la dificultad de parto (parto distócico o no distócico), la aparición de endometritis, cojeras, cetosis, mastitis clínicas y mastitis subclínicas. También se valoró la estación en la que se había producido el parto (figura 1). Los resultados obtenidos, si bien eran esperados, fueron llamativos. En nuestro estudio comprobamos que el mayor factor de riesgo para que las vacas tuvieran un Síndrome de Repetición de Celos era que hubiesen padecido una infección uterina. De esta forma, las vacas con endometritis tenían un riesgo 11 veces mayor que los animales que no hubiesen tenido infecciones uterinas. A nivel de campo es importante diferenciar entre endometritis clínica y subclínica. La primera es una inflamación del endometrio en la que se produce una descarga purulenta o mucopurulenta a través de la vagina y que no se acompaña de sintomatología general. Este proceso es relativamente fácil de diagnosticar gracias a las secreciones visibles a través de la vulva. Por otro lado, una endometritis subclínica es una inflamación del endometrio en la que no vamos a ser capaces de percibir ningún signo clínico a simple vista. En este último caso, para su diagnóstico tendremos que recurrir a técnicas especiales como podría ser la citología endometrial. En el año 2015, realizamos un estudio Es sumamente importante conocer cuáles son los factores de riesgo implicados para poder disminuir la incidencia de esta patología Figura 1. Factores de riesgo considerados en el estudio realizado sobre de Síndrome de Repetición de Celos en vacuno de leche en el norte de España.

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