TV1 - Tierras Vacuno

ALIMENTACIÓN 52 la concentración ruminal de lactato aumentaron linealmente con aquella disminución. El empeoramiento del entorno ruminal con el incremento de la concentración de lactato se confirmó con el incremento lineal de los niveles de haptoglobina en sangre y con el porcentaje de terneras que presentaron abscesos hepáticos (figura 1). La elevación de los niveles de esta proteína de fase aguda, indicadora de falta de bienestar, fue debida al estrés que padecieron las terneras con menos espacio para comer, como consecuencia del incremento de la competencia entre animales medida por los desplazamientos registrados en el comedero. Frecuencia de alimentación Una de las estrategias desarrolladas en el vacuno alimentado con mucho concentrado para minimizar los problemas de acidosis ruminal ha sido incrementar la frecuencia de distribución del alimento. El mayor efecto de este incremento ha sido el de reducir las fluctuaciones del pH ruminal mejorando con ello el entorno ruminal del animal. Para estudiar el efecto del aumento de la frecuencia en la distribución del alimento en nuestros terneros sobre la ingestión, el pH ruminal y el comportamiento de alimentación, se diseñó un experimento que consistía en dar el alimento 1 (8 h), 2 (8 y 20 h), 3 (8, 14 y 20 h) y 4 (8, 12, 16 y 20 h) veces al día. El aumento en la frecuencia de alimentación no afectó la ingestión de alimentos, el pH ruminal medio o mínimo, ni tampoco el comportamiento de comer y rumiar. Sin embargo, el hecho de dar la comida dos veces al día limitó la caída del pH que normalmente se produce tras la administración del alimento. No sólo no cayó tanto, sino que a continuación aumentó, de manera que a las 12 horas de la oferta matinal mientras el pH medio era 5,9 en las terneras del tratamiento una vez al día, era 6,7 en el de dos veces al día. En este último caso, si bien el pH sufría un pequeño descenso como consecuencia de la segunda oferta de alimento, éste no bajó de 6,5 para recuperarse seguidamente y volver a valores cercanos a 7, en ambos tratamientos (figura2). Lamenor fluctuación del pH ruminal puede explicarse por el hecho de que aunque el tiempo de masticación (suma de ingesta y rumia) fue el mismo en ambos tratamientos, el patrón de rumia fue más estable en el tratamiento dos veces al día, ya que las terneras dedicaron un tiempo de rumia similar tanto durante el día como durante la noche, mientras que en las alimentadas una vez al día, el tiempo de rumia se concentraba mayoritariamente durante la noche. Figura 2. Efecto de la frecuencia de distribución del alimento sobre la evolución del pH ruminal en 24 horas. Figura 1. Efecto de la disponibilidad de espacio de comedero sobre la variabilidad del peso vivo, el pH ruminal y el bienestar.

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