14 RECUBRIMIENTOS Conocimientos básicos del recubrimiento en polvo ¿Qué tienen en común los marcos de las ventanas, las piezas de automóviles, las máquinas y las bicicletas? Llevan un recubrimiento en polvo. Lo llevan, porque el recubrimiento en polvo mejora tanto las propiedades mecánicas como el aspecto de las superficies metálicas. Este procedimiento tan extendido consta de varias fases: el tratamiento previo de las superficies, el recubrimiento y el curado en el horno. Desde la electroestática al fosfatado: el recubrimiento en polvo implica muchos procesos físicos y químicos fascinantes. Un cuadro de bicicleta exento de acero o aluminio posiblemente tendría un aspecto impresionante, pero carecería de sentido práctico, ya que se rayaría y oxidaría rápido. Por eso, no solo los cuadros de las bicicletas, sino muchos otros productos metálicos se cubren con una capa protectora mediante el procedimiento de recubrimiento en polvo. Este procedimiento, que normalmente se encuentra automatizado (o al menos en parte), se emplea de forma generalizada en la producción industrial en serie y en los pequeños encargos individuales. Algunos ámbitos de aplicación representativos son las ventanas, las puertas, los muebles y las fachadas. También las máquinas industriales y las piezas de vehículos se recubren a menudo con este procedimiento. Para ello, se recubre una pieza conductora de electricidad, esto es, metálica, con una pintura en polvo. De esta manera, las superficies adquieren una mejora mecánica y visual. Las pinturas en polvo son orgánicas y se componen de aglutinantes, aditivos y pigmentos, todos ellos en forma de partículas sólidas con un tamaño de entre 1 y 100 µm. Al contrario de las pinturas líquidas no necesitan disolventes, lo que las hace más respetuosos con el medioambiente. El procedimiento de recubrimiento en polvo se articula en varios pasos, como el pretratamiento de la superficie (limpieza y creación de la capa de conversión), la carga con electricidad electrostática del polvo y el recubrimiento de la pieza, así como el curado final de la pintura en polvo en el horno. Paso 1: la limpieza de la pieza La superficie de la pieza que se va a recubrir tiene que estar absolutamente limpia y seca antes de la aplicación para evitar la pérdida de adherencia o los cráteres en la película de pintura. Con un pretratamiento mecánico como el amolado, cepillado o arenado se elimina la contaminación más burda como el polvo, el óxido o la yesca. El granallado con grano de acero inoxidable o microesferas de vidrio contribuye además a la rugosidad de la superficie. En el pretratamiento químico se elimina la contaminación por barnices o grasas. Paso 2: la capa de conversión En el paso siguiente se crea una capa de conversión en la superficie de la pieza mediante un proceso químico. Esta capa muy fina, no metálica y generalmente Los cinco pasos del recubrimiento en polvo son: preparación de las superficies, crear la capa de conversión, carga y aplicación de la pintura en polvo, curado en el horno. Foto: Surplex.
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