TradeSport 94 - Noviembre 2002

ts22 [deportes de invierno] Las esperanzas de un mercado maduro En las últimas temporadas se ha podido observar que existen numerosas posibilidades de disfrutar de la nieve, con nuevas modalidades y tendencias Por Gemma García tiempo estimado de lectura >>> 8 min. Desde que hace casi un siglo se iniciara en España la práctica del deporte relacionado con la nieve hasta nuestros días, la evolución ha sido imparable. En la actualidad, miles de personas dedican parte de su tiempo de ocio y de su economía a disfrutar del atractivo que ofrecen nuestras montañas nevadas. A pesar de ello, países como Austria, Francia, Alemania o Italia, cuentan con una mayor tradición en cuanto a deportes de invierno, con unas buenas infraestructuras, una buena situación geográfica, y un clima adecuado para la nieve. Las instalaciones El desarrollo de esta cultura de disfrute del ocio de montaña y nieve en nuestro país ha experimentado un salto exponencial en los últimos años, pero esto exige al mismo tiempo nuevas y costosas inversiones. Cada temporada las estaciones de esquí se ven abocadas a realizar mejoras en sus instalaciones y servicios, para satisfacer a un público que cada vez se muestra más exigente a la hora de elegir el destino para practicar su deporte favorito, y situarse de este modo con ventaja ante sus competidores. Las inversiones realizadas en los últimos años en busca de estas mejoras, se han concentrado en dotar a las instalaciones de más pistas, más remontes, mejores sistemas de innivación, e incrementar los servicios complementarios a la práctica del esquí, tales como restauración, accesos, etc. Concretamente, las estaciones catalanas han invertido más de 78 millones de euros (13.057 millones de pesetas) en las últimas tres temporadas (sin contar la que empieza ahora), de los cuales 13 millones de euros corresponden a nieve artificial, 19 millones a nuevas instalaciones, y 46 millones de euros a servicios y maquinaria. Los datos inversores reflejan de forma clara la apuesta que las estaciones de esquí españolas están realizando para competir en calidad, tanto entre ellas, como con las estaciones más consolidadas del contexto europeo. En este sentido, la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (ATUDEM) ha desarrollado, con la ayuda de la Secretaría de Estado de Comercio y Turismo, un Sistema de Calidad para las Estaciones, con el objetivo de mejorar y adaptar el servicio a las necesidades y exigencias de una demanda creciente. Este Sistema de Calidad se basa en una serie de normas en las que se establecen los requisitos y estándares de servicio que deben cumplir las estaciones de esquí. España disfruta en la actualidad de un total de 28 estaciones de esquí alpino, lo que supone una oferta de 748 pistas y 840 Km. de dominio esquiable, concentradas básicamente en los Pirineos. De éstas, 11 poseen el Certificado de Calidad Turística Española (Q) al que hacíamos referencia. Por otra parte, no hay que olvidar la cercanía de las pistas de Andorra, que concentra 173 en solo cuatro estaciones, con 277 Km. esquiables. La práctica A lo largo de los años, el número de aficionados a los deportes de invierno, y en concreto al esquí, ha experimentado un crecimiento constante, con cada vez más españoles atraídos por esta modalidad deportiva. Sin embargo, las importantes cifras de practicantes que acuden a las pistas de esquí contrastan con el número de licencias registradas por la Real Federación Española de Deportes de Invierno, que en 2001 tan solo ascendía a 2.923, aún por debajo de las 3.073 que se contabilizaban en 2000. De entre todas las modalidades de deportes de invierno, el esquí alpino es la más practicada. No obstante, en las últimas temporadas se ha podido observar que existen numerosas posibilidades de disfrutar de la nieve; cada vez surgen nuevas maneras de esquiar y nuevas tendencias en cuanto a deslizamiento. También hay que tener en cuenta que el esquí, además de ser una actividad "joven" en nuestro país por los años que lleva practicándose, también lo es en cuanto a la edad media de sus practicantes, consecuencia recíproca de la exitosa irrupción del snowboard, estandarte del movimiento glissy la cultura de lo radical, que ha atraído y sigue atrayendo a mucho público joven a las pistas españolas. Esto se ha producido gracias a dos factores clave: por un lado, con el snow se aprende antes a dominar la técnica; por otro, hay que considerar que no se trata de una modalidad diferente de esquí, sino que constituye otra filosofía, con un lookdistinto, que se está popularizando a todos los niveles. El carving, por su parte, es la otra modalidad más aceptada y que está pegando fuerte desde hace cuatro temporadas. Tras el éxito del snow, el esquí tradicional necesitaba nuevos aires que dieran otra visión a esta actividad, que había quedado un tanto estancada y demasiado tecnificada, lo que le restaba a esta práctica deportiva aquello que los jóvenes buscan en el esquí: diversión. Por tanto, podría decirse que el snowboard ha Los datos inversores reflejan la apuesta que las estaciones de esquí españolas están realizando para competir en calidad

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