TradeSport 92 - Septiembre 2002

REDACCIÓN, Barcelona tiempo estimado de lectura >>> 3,5 min. Los últimos datos publicados por el Consejo Superior de Deportes revelaron una fuerte tendencia a la baja de la práctica de los deportes tradicionales y totalmente al alza de las salidas a la montaña. En este marco, el turismo rural se ha consolidado como oferta. La distancia entre las casas rurales y las grandes ciudades hace que Internet se haya convertido en una de sus grandes bazas. “El 85% de las personas que nos llaman lo hacen porque han visto nuestra web, www.canfelicia.com”, explica Marta Llimona, quien gestiona la casa Can Felicià, en el pequeño municipio de Beuda de la comarca catalana de La Garrotxa, entre el Pirineo de Girona y la Costa Brava. Marta y su marido, Víctor Farreres, arrancaron su negocio hace ocho años. Antes se dedicaban a la restauración de muebles en Barcelona y durante sus vacaciones tenían por costumbre alquilar casas en el campo en las que acogían a muchos amigos. Uno de ellos les sugirió que una de ellas era perfecta para convertirla en casa rural. La Generalitat de Catalunya tenía entonces un plan de ayudas para promover esta forma de turismo, y vivir en el campo encajaba a la perfección en la filosofía de vida natural a la que aspiraba la pareja. Ilusionada, la pareja se mudó. Can Felicià, la casa en cuestión, había sido construida hacía un siglo por el padre Felicià, el heredero del Noguer de Segueró, con la intención de construir una escuela para los chicos de la región. Durante ocho años, la casa ha ido cambiando de forma en función de las demandas de sus visitantes. “Comenzamos con cinco habitaciones y cuatro baños, pero vimos que la gente nos pedía baño en la habitación. . Después fue la piscina para el verano y finalmente, las actividades. La gente no quiere venir a la casa y pasar el día simplemente, pide más”, explica Marta. Las actividades deportivas de montaña, el trekking, el esquí o las bicicletas de montaña van de la mano del turismo rural. Casi inmediatamente, Marta y su marido entendieron que una de las claves del éxito de su negocio sería ofrecer información sobre las actividades culturales y deportivas que se realizaban en la comarca, e incluso colaborar con otras empresas dedicadas a organizarlas. “Una de las ofertas que tiene más éxito es la de los viajes en globo. Descubrimos una empresa, Vol de Coloms, que realizaba viajes desde Santa Pau hacia el Empordà o el interior, pasando siempre por la zona de los volcanes de Santa Margarida, una de las grandes atracciones del entorno”, explica. A raíz de esta colaboración con diferentes empresas, Marta se convirtió en la presidenta de la Asociación de Turismo Rural de La Garrotxa y se incorporó a la Junta de Terra d’Acolliment Turístic (Tierra de acogida turística sería su traducción literal), que agrupa a todas las entidades turísticas de la comarca. Además de aprovechar los recursos del entorno, la empresa innova por su cuenta. Su última apuesta son los quads. Can Felicià se encuentra dentro de una zona PEIN (Protección de Espacios de Interés Natural), por lo que sus propietarios han prestado mucha atención al diseño de rutas y a la organización de la actividad, dirigida siempre por un guía. Marta Llimona Montar una casa de turismo rural ts24 Una casa acogedora y con solera es la base de este negocio. En la imagen, una vista aérea de Can Felicià. [actividad en la montaña] Otras webs de interés www.allrural.com www.turisverd.com www.ruraltour.com www.todoturismorural.com www.turismo-rural.com www.toprural.com

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