TradeSport 89 - Mayo 2002

opinión Andrés de la Dehesa (adehesa@gescode.es) editorial De sorprendentes deberíamos calificar las cifras sobre los hábitos deportivos de los españoles que acaba de publicar el Consejo Superior de Deportes a través del estudio que viene realizando cada cinco años el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), si no fuera porque a estas alturas los datos sobre deporte ya no nos asombran por muy malos que éstos sean. Tampoco nos sorprende que el retroceso del 2% de la práctica deportiva en los últimos cinco años y, lo que es más grave, la importante disminución del interés de los más jóvenes por practicarlo, pasen desapercibidos ante los medios de comunicación masivos. Y es que los mandatarios del CSD y los políticos del PP están intentando pasar de puntillas por unas cifras consideradas políticamente "no correctas". Estamos pues ante dos preocupantes problemas. Por un lado, la escasa formación escolar sobre materia deportiva y, en definitiva, cultura deportiva, que pasa a ser nula en la época universitaria. Por otro lado, la importante pérdida de interés por el deporte como reacción ante la fuerte presencia mediática del deporte espectáculo que ha tenido lugar estos últimos años. Un espectáculo que gira repetitiva e incansablemente alrededor del fútbol, lo que ha conducido a un efecto rechazo entre el público, que se manifiesta en un incremento del 6% de españoles que afirman no sentir ningún tipo de interés por el deporte. Esta situación ya ha supuesto para el sector deportivo, no sólo haber perdido en los últimos cinco años 600.000 practicantes de deporte y, en consecuencia, el mismo volumen de compradores de artículos deportivos, sino un importante número de clientes de nuestro público objetivo, los jóvenes de entre 14 y 24 años. Por todo ello, el sector no puede permanecer de brazos cruzados. Debe tomar la iniciativa, con Afydad como centro aglutinador de todos los entes del sector, donde Adidas y Nike deberían jugar un importante papel (dejando al margen su guerra particular), y con la fuerza que confiere el sector, solicitar un mayor apoyo oficial para el deporte popular, potenciando la cultura deportiva en la edad escolar, reforzándola en la universitaria y fomentando su práctica en la tercera edad. Complementariamente, se debería poner en marcha una campaña nacional que fomente la práctica deportiva como la que tan magníficos resultados dio en los setenta, y que ahora más que nunca toma un significado especial en nuestro sector: "contamos contigo". Buscando la diferenciación ¡Contamos contigo! DIRECTOR Jaume Ferrer (jferrer@gescode.es) Las modas se relacionan inconscientemente con algo pasajero: "ahora está de moda", "lo que se lleva es...", etc. Su reconocido carácter efímero le aporta todo el atractivo como fuente de demanda por parte del consumidor (la novedad), pero al mismo tiempo, el enorme dilema de su duración como negocio y, en muchos casos, la capacidad de gestionar esos productos en comercios con ofertas históricamente distintas. Realmente ponemos en manos de terceros, aquellos capaces de generar tendencias, el futuro, en este caso, del sector de artículos "deportivos". Me sorprende que un reconocido fabricante de materias primas patrocine los BrandNew Awards de la ISPO de Munich. Este hecho me hace reflexionar sobre determinadas propuestas de diferenciación, que harían de los surtidos de artículos del sector productos únicos y difícilmente "reproducibles" por la imparable concurrencia que representan los integradores verticales, con total capacidad de reposición (Inditex, Cortefiel, H&M...). La cuestión principal radica en la permanente innovación de los productos, basándonos, no sólo en sus diseños (los competidores de otros sectores tienen quizás mayor capacidad y tradición), sino en la incorporación de soluciones tecnológicas exclusivas para nuestros productos. La diferenciación por este camino es más realista y creo que se han demostrado sus frutos con numerosos ejemplos comerciales; el más claro lo tenemos en la utilizadísima frase del sector "¿tienen anoraks con...?". La propuesta de valor, tanto para la marca fabricante como para el proveedor de la materia prima y el detallista, es evidente: la comercialización de un producto que el consumidor aprecia, que debería poder obtenerlo sólo en establecimientos especializados (seguramente este es el punto más difícil pero no imposible; los farmacéuticos nos podrían enseñar mucho al respecto), y con un precio (mejor una aportación de margen sobre ventas) bastante correcto. Durante años este sector ha sido capaz de desarrollar productos que después han explotado otros sectores por razones obvias; ahora se empiezan a escuchar reflexiones sobre la idoneidad de vender menos pero mucho mejor. La solución pasa por la gestión de la exclusividad tecnológica de esos productos y el conocimiento, por parte de los detallistas, de sus consumidores. El reto ya se ha puesto en marcha.

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